Salvo error u omisión, la Iglesia Católica cuenta en la actualidad en España con setenta diócesis, incluida una castrense. Significa ello un número similar de catedrales, templos que sirven como sede a cada una de estas divisiones religiosas. En la práctica, el número de estas edificaciones en territorio español alcanza las setenta y seis, teniendo en cuenta que algunas diócesis están distribuidas entre dos poblaciones y tienen catedral en ambas. Todo ello sin considerar las denominadas antiguas catedrales, edificios que en el pasado sirvieron como tal, ni las concatedrales, que ejercen el papel de subsede catedralicia en ciertas poblaciones. Con ellas, el número de estas destacadas construcciones religiosas en tierras españolas se eleva casi al centenar.

Sin intención alguna de hacer apología de ningún credo, debo admitir que en mis viajes por la antiguamente denominada piel de toro he coincidido una y otra vez con las catedrales españolas. Tanto, que hasta marzo de 2020 he visitado cincuenta y siete de estos ejemplos hispanos de edificación religiosa elevada a la máxima potencia. Y sin haber llegado nunca al éxtasis religioso en ellas, sí que lo he alcanzado en numerosas ocasiones en términos artísticos, puesto que, pese a quien pese, el patrimonio almacenado en las sedes catedralicias españolas es casi infinito. Sin intención nacionalista tampoco, diría que está a similar nivel, o incluso superior, al francés o italiano, mucho más conocidos y valorados que el hispano.

Pero dejémonos de monsergas y vayamos al grano. Cuando se habla de catedrales en España, casi cualquier interlocutor piensa en Burgos, León, Sevilla, Córdoba o Santiago de Compostela, por mencionar los ejemplos más conocidos y visitados. No tengo duda alguna de que tales edificaciones son magníficas, como también lo son muchas otras que tradicionalmente quedan en segundo plano, como las catedrales de Granada, Toledo, Palma, Oviedo o Barcelona. Incluso así, todavía existen muchas otras que en mi opinión no reciben la valoración que merecen. Valga este post como intento de desagravio para este conjunto de ellas.

Catedral de la Asunción (El Burgo de Osma, Castilla y León): Sede catedralicia de la diócesis de Osma-Soria, la catedral de El Burgo de Osma fue construida en el siglo XIII. Sustituyó a una versión románica previa, que se quedó pequeña en poco tiempo debido al auge de la población donde estaba situada. En ella se produjo la canonización de Santo Domingo de Guzmán, vecino de la villa, y su interior alberga un interesante museo.

Catedral de Santa María (Sigüenza, Castilla-La Mancha): Originaria de la primera mitad del siglo XII, cuando la ciudad de Sigüenza fue conquistada a los musulmanes, la catedral de Santa María es un claro ejemplo de la transición del románico al gótico, estilo en el que fue terminada la nave central. Alberga un interesante y extenso claustro, aunque su principal característica es el denominado Sepulcro del Doncel, obra culmen del arte funerario castellano.

Catedral de Santa María de la Asunción (Plasencia, Extremadura): Empezó a construirse a finales del siglo XV y los trabajos se prolongaron por casi cien años, aunque finalmente quedó inacabada. Fue planeada en estilo gótico como reemplazamiento de la vecina Catedral Vieja, que en la actualidad alberga el Museo Catedralicio, aunque finalmente fue adaptada a los nuevos tiempos renacentistas. Destacan sus fachadas platerescas, obra de los mejores maestros del género como Juan de Álava, Rodrigo Gil de Hontañón y Diego de Siloé.

Catedral de Santa María (Lugo, Galicia): Tradicionalmente a la sombra de la famosa catedral de Santiago de Compostela, así como también oscurecida por la magnífica muralla romana lucense, la catedral de Lugo es un espectacular templo de origen románico y rematado en los estilos gótico, renacentista e incluso el neoclasicista en que fue concluida su fachada ya en el siglo XIX. En 2015 fue declarada Patrimonio Mundial, como punto clave en el Camino de Santiago del Norte Peninsular.

Catedral de los Santos Justo y Pastor (Alcalá de Henares, Comunidad de Madrid): Dedicada a la memoria de los niños Justo y Pastor, ejecutados en este lugar durante las persecuciones a las que fueron sometidos los cristianos a finales del siglo III, la catedral de Alcalá de Henares fue construida a comienzos del siglo XVI en estilo gótico tardío. Junto con una iglesia de Lovaina es el único templo que tiene la denominación de Magistral, lo que significaba que sus oficiantes debían ser doctores en teología. Fue incendiada durante la Guerra Civil, cuando fue despojada de la mayor parte de los bienes catedralicios.

Catedral del Salvador (Albarracín, Aragón): Edificada durante la segunda mitad del siglo XVI, a la catedral de Albarracín le corresponde el honor de ser la sede episcopal situada en la población con menor número de habitantes de entre todas las existentes en España. Perfectamente integrada en su entorno, se caracteriza por su sencillez, hecho que la diferencia de la grandiosidad de otros templos de su género, y ofrece una amalgama de estilos entre los que se cuentan el gótico, el renacentista y el barroco.

Catedral de la Virgen de las Nieves (Ibiza, Islas Baleares): Situada en lo alto de la colina donde se ubicó la capital ibicenca, la catedral de Ibiza está dedicada a la Virgen de las Nieves, patrona local. Como muchos otros templos similares, fue construida sobre lo que había sido la mezquita mayor durante el periodo musulmán. En su origen fue edificada de acuerdo con los parámetros del estilo gótico catalán, aunque sufrió remodelaciones posteriores que le dieron el actual aspecto barroco que presenta su interior.

Catedral de la Santa Cruz (Cádiz, Andalucía): Impresionante edificación, situada cerca del mar y que destaca sobre el resto de las construcciones de la tacita de plata, la catedral de Cádiz necesitó más de un siglo para ser construida. Las obras se dieron por concluidas casi a mitad del siglo XIX y el resultado final es una mezcla de estilos, entre los que predominan el barroco y el neoclásico. Localmente es conocida como Catedral Nueva, para diferenciarla de una edificación anterior que cumplió sus mismas funciones y que hoy día sirve como iglesia parroquial.

Catedral del Buen Pastor (San Sebastián, País Vasco): No destaca esta construcción por su antigüedad, pues data de finales del siglo XIX y tan solo ostenta el rango catedralicio desde mediados del siglo XX. Sin embargo, su estilo neogótico resulta muy atractivo y su innegable verticalidad, con aguja incluida, le confiere un aspecto de catedral clásica muy sugerente. Según parece, el diseño del templo está inspirado en la famosa catedral de la ciudad germana de Colonia.

Catedral del Salvador (Zamora, Castilla y León): Datada a mediados del siglo XII, la catedral de Zamora es la única en Castilla y León que ha sabido mantener su original fábrica románica. Consta de tres naves, rematadas por sendos ábsides y cuyo crucero está coronado por un impresionante cimborrio que domina la población zamorana desde su atalaya. Su influencia se dejó notar en obras cercanas, por ejemplo en la mucho más renombrada Catedral Vieja de Salamanca.

Catedral de Santa María (Murcia, Región de Murcia): Terminamos con una obra tan insólita como destacable en numerosos aspectos. Para empezar, se localiza en una ciudad que no es sede de una diócesis, situada ésta en la cercana población de Cartagena. Fue consagrada a mediados del siglo XV, pero diferentes reformas, reestructuraciones y remodelaciones hicieron que los trabajos se prolongaran hasta finales del siglo XIX. Su imagen más característica es el maravilloso imafronte, debido a Jaime Bort y que es un auténtico retablo en piedra. Sin olvidar su emblemático campanario, el tercero más alto de España con casi cien metros y que constituye todo un símbolo en la ciudad murciana.

Actualización en agosto de 2017

Catedral de la Encarnación (Guadix, Andalucía): Obra barroca, construida entre los siglos XVI y XVIII, la catedral de Guadix destaca en el interesante centro histórico de esta población granadina. En el lugar donde se sitúa estuvo localizada la mezquita mayor de la ciudad, y, con anterioridad, una iglesia católica dedicada a San Torcuato que se asegura fue sede diocesana ya en el siglo I, hecho que la hubiese convertido en la primera sede episcopal española. En su aspecto se nota la mano de Diego de Siloé, que fue el arquitecto responsable del proyecto inicial.