Realizada en los años treinta del siglo XX, la denominada Coloana fără sfârșit, literalmente Columna sin fin, es un diseño del escultor rumano Constantin Brâncuși. Está situada al final de Calea Eroilor, en la ciudad valaquia de Târgu Jiu, donde comparte protagonismo con otras creaciones destacadas del mencionado artista. Mide unos treinta metros de altura y pesa aproximadamente treinta toneladas. El propósito de su autor era el de rendir homenaje a los soldados rumanos caídos en combates sucedidos a orillas del río Jiu durante la Primera Guerra Mundial. Para ello se inspiró en las columnas funerarias del sur de Rumanía, unas velas que miden lo mismo que el difunto y son retorcidas dándoles una forma helicoidal antes de ser colocadas en la cabecera de la cama donde reposa el cadáver. El material empleado fue hierro fundido y la escultura estuvo a punto de ser demolida tras la llegada al poder de los comunistas rumanos, que la consideraban una obra burguesa.