Guerra sin cuartel
A pesar de ser un antimilitarista convencido, mi interés por el pasado de los lugares que visito me impide olvidar por completo las diferentes contiendas que en ellos tuvieron lugar en algún momento de la Historia. Me ocurre especialmente en algunos casos muy particulares, cuando algún conflicto importante allí sucedido le confiere al sitio en cuestión una entidad especial, de la que me resulta casi imposible evadirme. Es el caso de Guadalcanal, donde a pesar de los setenta años transcurridos desde la famosa batalla que allí tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial, las referencias a ella son constantes incluso en la actualidad y constituyen la motivación principal para la mayoría de los visitantes de la isla.
En realidad, lo ocurrido en el archipiélago de las Islas Salomón durante los seis meses transcurridos desde principios de agosto de 1942 a principios de febrero de 1943 no fue una simple batalla, sino que se aproximó bastante más a una guerra sin cuartel. Los combates no se sucedieron exclusivamente en Guadalcanal, sino que se extendieron a diversas islas vecinas. Tropas japonesas habían ocupado la isla unos meses atrás y los estadounidenses consideraban vital recuperarla, ante el peligro de que Japón estableciera allí una base que amenazara aún más sus intereses en el Pacífico. Tras una lucha encarnizada, los nipones se retiraron dejando tras de sí miles de muertos, a quienes siguen rindiendo homenaje en la triste Colina 35. Allí se levanta hoy una escultura cuyo autor fue un soldado fallecido en la contienda.
Aunque el tiempo lo cura todo e incluso algunos de los últimos homenajes a las víctimas han sido conjuntos, el recuerdo de tan feroz campaña sigue muy vivo en Guadalcanal. En diversas partes de la isla se muestran restos de la contienda, destacando especialmente el denominado Museo de la Guerra de Vilu. En este lugar puede apreciarse lo que queda de varios aviones de combate estadounidenses que se estrellaron durante la campaña, así como diverso armamento de artillería japonés. Tan completo arsenal procede de varios puntos de la isla y, teniendo en cuenta que la mayor parte de Guadalcanal está cubierta por una densa vegetación, no cabe duda de que lo mostrado es solo una mínima parte de lo que aquella selva impenetrable debe cobijar.
No fueron tan solo japoneses y estadounidenses tanto caídos como héroes en aquel medio año trágico. Parte de estos últimos está considerado el local Jacob Vouza, que era un sargento retirado en el momento de la invasión nipona. Puesto que Guadalcanal era entonces territorio británico, Vouza tomó partido por sus aliados estadounidenses, siendo pronto capturado por el ejército enemigo. No dudaron éstos en torturarlo, incluso clavándole sus bayonetas en la garganta, para que desvelara información. No lo consiguieron y, malherido y atado, lo dejaron en la jungla confiando en que moriría. Pero el sargento consiguió liberarse royendo la soga con sus dientes, lo que le permitió volver a territorio seguro. En su honor se levantó una estatua en Honiara al cumplirse medio siglo de la contienda, momento que él no pudo celebrar pues había muerto unos años atrás.
Buena prueba de lo trágico de esta guerra es una foto del propio Vouza, sosteniendo la cabeza cortada de un combatiente japonés, que aún puede verse en la red. El azar, en forma de la malaria que diezmó a los soldados nipones, inclinó un tanto la victoria hacia el lado aliado, marcando un punto de inflexión en el conflicto del Pacífico. Curiosamente, los habitantes actuales de las Islas Salomón siguen culpando al ejército japonés de llevar tal enfermedad a su tierra, donde según ellos no existía con anterioridad. Lo que hubiera sucedido en caso de derrota aliada resulta imposible de saber. Pero esperemos, por el bien de todos, que nunca volvamos a tener otra ocasión de averiguarlo.
Interesante post Floren (bueno, como todos). Pero ya sabes cuanto me tira a mí este tema. De todos tus muchos viajes, las islas del Pacífico son las que te envidio más, aunque espero ir más pronto que tarde. Pasando por Chuuk por supuesto.
La serie de TV «The Pacific» está muy centrada en la lucha en Guadalcanal. Sin ser tan perfecta como «Hermanos de Sangre» (que es insuperable), me parece muy recomendable.
Un abrazo Floren
No me suenan esas series, hace mucho tiempo que no veo ninguna serie de TV. Sobre la batalla de Guadalcanal hay varias películas también. Quizás la más conocida sea «La delgada línea roja» del gran director Terrence Malick y también una antigua que se llamó en inglés «Guadalcanal Diary». Hace años había un grupo de pop-rock con ese mismo nombre, tengo algún disco de ellos aunque eran casi desconocidos en España.
La isla es muy exuberante, auténtica jungla en su interior. También hay numerosos barcos de guerra hundidos junto a ella, aunque no sé si es posible bucear para verlos. Pero seguro que te encantaría la experiencia.
Muchas gracias por tu comentario y un abrazo.