Fundada por inmigrantes sajones, posiblemente a comienzos del siglo XIV, la localidad de Rupea cuenta en la actualidad con unos cuatro mil ochocientos habitantes. Entre sus lugares de interés sobresale especialmente su imponente fortaleza, situada sobre una colina que domina la población. De origen dacio, según se desprende del origen de numerosas piezas de cerámica halladas en ella, fue posteriormente reforzada por los romanos y más adelante ampliada por los sajones de Transilvania. Según consta en un documento fechado en la primera mitad del siglo XIV, éstos la utilizaron para refugiarse de un ataque efectuado por el rey húngaro Carlos I. Durante el siglo XV fue asediada por los otomanos y en el siglo XVII destruida por un incendio. A comienzos del siglo XVIII fue usada por los vecinos para aislarse durante una plaga y unas décadas más tarde sitiada de nuevo por los otomanos. Tras resultar afectada por una tormenta a finales del mencionado siglo XVIII, fue abandonada definitivamente. Aunque no se han hallado restos intramuros, es muy posible que incluyera una iglesia al igual que ocurre en otras poblaciones transilvanas. Según afirma una leyenda popular, el caudillo dacio Decébalo se suicidó en su interior para evitar ser capturado por los romanos.
