Crédito: José Souto

Renombrado por el grandioso repertorio de mosaicos romanos que alberga, el Museo Nacional del Bardo se ubica en la localidad homónima, actualmente un suburbio de la capital tunecina. La mayor parte de las piezas expuestas proceden de excavaciones arqueológicas realizadas en el norte de Túnez, complementadas con algunas obras griegas, ejemplares de cerámica procedentes de Asia Menor y otros países norteafricanos, algunos elementos de arte cristiano y diversas muestras de arte islámico. El museo como tal fue inaugurado a finales del siglo XIX y desde entonces se localiza en el denominado Palacio del Bardo, residencia palaciega construida en el siglo XV en lo que hoy es un barrio periférico de la ciudad de Túnez. Poco después se creó un segundo espacio museístico en un pequeño palacio edificado unas décadas atrás, que actualmente guarda la antología de arte islámico. El resto del muestrario se exhibe en diferentes salas establecidas en ambas plantas de la edificación principal, con especial mención a la asombrosa colección de mosaicos romanos, considerada la más importante que existe en el mundo.