Uluru (por Jorge Sánchez)
Iba viajando en autostop alrededor de Australia. Llegado a Alice Spring me interesé por visitar Ayers Rock (en el año 1983 se llamaba así a este peñón, el monolito más grande del planeta, pero hoy se le conoce por Uluru, que significa Gran Guijarro, mientras que a las montañas Olga se les llama hoy Kata Tjuta que significa Muchas Cabezas).
Pasaban las horas y nadie me paraba. Estaba dispuesto a pagar por un billete de autobús, pero me dijeron que no había servicio a Uluru. Seguí esperando hasta que un autobús me paró. No era de servicio regular sino de una agencia de viajes. El guía conducía a una veintena de turistas y me propuso llevarme a un precio muy reducido, con la condición de no desvelarlo a los demás clientes. La excursión duraba dos días con una noche y tendría alojamiento en un albergue. Eso sí, debía sentarme en un escalón de la puerta de atrás del autobús. Acepté y subí a bordo.
Una vez en Ayers Rock escalamos con ayuda de una cadena. Era fácil. Al llegar a la cima había un libro de visitas y todos firmamos y pusimos nuestros nombres y alguna frase de exaltación, pues la vista era fabulosa. Hubo grupos que lo celebraron con champagne, pero el mío no.
Al bajar nos condujeron a un albergue dormitorio. Por la mañana nos transportaron a las Montañas Olga, o Kata Tjuta y de nuevo nos dieron tiempo libre. Había valles y cataratas, montañas y jungla. Era bello, aunque me impresionó más Ayers Rock. Subí a lo más alto de una montaña para apreciar el paisaje. Pocas horas más tarde regresamos a Alice Springs y proseguí mi viaje en autostop alrededor de Australia.