Crédito: Edgardo W. Olivera
Protegida por las fortalezas de La Real Fuerza, El Morro y La Punta, La Habana es la ciudad más poblada de Cuba, a la vez que sede de los estamentos oficiales del gobierno cubano. También fue la primera localidad fundada por los españoles en la isla, hecho atribuido al segoviano Pánfilo de Narváez a comienzos del siglo XVI. La población fue poco a poco adquiriendo relevancia y llegó a tener cierta notoriedad en el siglo XIX y comienzos del siglo XX debido al comercio, fundamentalmente de azúcar, convirtiéndose en una de las ciudades más prósperas del Caribe. Por entonces sufrió un fuerte crecimiento, creándose nuevos barrios e incrementándose notablemente la población. Tras la denominada Revolución cubana, creció aún más al experimentarse un proceso de emigración hacia las urbes en Cuba. Estructurada en torno a cuatro plazas, La Habana Vieja contiene numerosos monumentos y lugares de interés. Además de las mencionadas fortificaciones destacan la catedral, impresionante obra barroca situada en la plaza de la Catedral; el Gran Teatro, de traza neobarroca y construido a comienzos del siglo XX; el Museo Nacional, que alberga una interesante colección pictórica; y el Capitolio, inspirado en su homónimo estadounidense y rematado por una cúpula de cerca de cien metros de altura. No debe olvidarse el Malecón habanero, muro paralelo al mar que se extiende por unos ocho kilómetros, ni locales tan emblemáticos como La Bodeguita del Medio, adonde acudieron personajes como Errol Flynn, Gabriela Mistral o Ernest Hemingway y donde puede degustarse el excelente ron ligero cubano. Otros lugares destacables en el resto de la población son las Escuelas Nacionales de Arte de Cubanacán, el Campus Central de la Universidad de La Habana, el barrio de El Vedado y el acueducto de Albear. El ambiente musical que se vive en la ciudad se pone de manifiesto en cabarés como el emblemático Tropicana, aunque en casi cualquier lugar se puede disfrutar de ritmos tradicionales como el mambo, la rumba y el bolero. Todavía inmersa en el oscuro periodo que supuso la llegada del comunismo a Cuba, esta ciudad de más de dos millones de habitantes tiene un prometedor futuro por delante si los esperados indicios de apertura llegan a materializarse algún día.
