Podéis considerarlo una perogrullada más, pero al parecer Castilla adquirió esa denominación debido a la presunta abundancia de castillos existentes en su superficie. Así se menciona en un documento emitido a finales del siglo VIII, donde además se indica que el nombre anterior de este territorio era Bardulia. Los árabes la llamaron Qashtāla, palabra igualmente proveniente del latín castellum, que a su vez parece venir del prerromano castrum. Para complicar el tema, parece que en la zona donde se acuñó el término Castilla, un área reducida de la actual provincia de Burgos, no existía ni un solo castillo en la época. Resulta probable, por consiguiente, que lo que allí abundaran en realidad fueran los castros.

Si en la Castilla altomedieval no existían los castillos, no cabe duda de que comenzaron a surgir como setas con el paso del tiempo y la extensión del territorio. Comenzó éste a llenarse de este tipo de fortalezas, dando por fin sentido a la unión entre los términos Castilla y castillo, que se ha mantenido indisoluble desde entonces. Aunque, irónicamente, la provincia española que ha conservado un mayor número de castillos en sus límites no es castellana, sino andaluza. Concretamente Jaén, a la que fuentes bien informadas asignan un total de doscientos treinta y siete elementos entre los aproximadamente dos mil quinientos que alberga todo el territorio nacional, sin incluir en esta cifra otras fortificaciones como torres defensivas, ciudadelas o recintos amurallados. Llamativa es también la elevada cantidad de castillos en tierras levantinas, de los que buena prueba son éstos sobre los que hablamos aquí.

Pero, ¿cuáles son las provincias castellanas? Pues, después de tantos siglos, parece que todavía nadie lo tiene claro. Diferentes intereses llevan a que algunas quieran entrar en ese saco y otras salirse de él, como recientemente ha ocurrido con la provincia de León. Después de buscar información en ese sentido y meditarlo mucho, en mi opinión las provincias españolas de auténtica idiosincrasia castellana se limitan a la docena que forman Burgos, Soria, Segovia, Ávila, Valladolid, Palencia, Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Albacete. Y a ellas nos ceñiremos en esta veintena de, valga la redundancia, castillos castellanos que destacamos aquí.

Castillo de Coca (Coca, Segovia): Entre los que he visitado, el castillo castellano que más me atrae es el de la pequeña localidad segoviana de Coca. De traza mudéjar, fue construido en la segunda mitad del siglo XV por encargo del arzobispo Alonso de Fonseca. Fue su hermano Antonio, que lo había heredado a comienzos del siglo XVI, quien contrató a alarifes sevillanos para rematar la obra. Éstos emplearon fundamentalmente el ladrillo como motivo decorativo, dándole el característico aspecto que aún mantiene.

Castillo de Manzanares el Real (Manzanares el Real, Madrid): No se queda atrás en cuanto a atractivo el castillo de Manzanares el Real. Propiedad del ducado del Infantado, en su diseño se nota la mano del arquitecto bretón Juan Guas, quien luego sería el autor del extraordinario Palacio del Infantado. Curiosamente, la construcción de este castillo dio comienzo prácticamente a la vez que la del anterior, en torno a 1473 o 1475.

Castillo de Guadamur (Guadamur, Toledo): Mucho menos conocido que los anteriores, pero no por ello exento de interés, el castillo de Guadamur se localiza en la población toledana homónima. No os lo vais a creer, pero también fue construido hacia 1470, por orden del conde de Fuensalida en este caso. Destaca su torre del homenaje, con forma de prisma y treinta metros de altura. Tras la restauración realizada en el siglo XX para reparar los daños causados por la Guerra Civil, presenta un aspecto impecable en la actualidad.

Castillo de Belmonte (Belmonte, Cuenca): A pesar de ser algo anterior que los precedentes, pues su construcción se inició a mediados del siglo XV, el castillo de Belmonte está relacionado de alguna manera con el de Manzanares el Real, puesto que Juan Guas participó en la fase final de las obras. Anteriormente el responsable había sido Hanequin de Bruselas, quien cumplió el encargo del poderoso Juan Pacheco, primer marqués de Villena. De su buen estado de conservación da idea su aparición en muchas películas, entre ellas El Cid, dirigida por Anthony Mann y protagonizada por Charlton Heston y Sophia Loren.

Castillo de Gormaz (Gormaz, Soria): Aunque su estado actual amenaza ruina, el castillo de Gormaz fue una edificación singular en su tiempo. Tanto, que estaba considerada la fortaleza europea, y probablemente del mundo, más grande en su tiempo. Lo fue éste el siglo X, cuando fue ampliada por órdenes de Alhakén II tras haber sido inicialmente construida un siglo atrás. Los datos hablan por sí solos: un kilómetro y doscientos metros de perímetro, casi quinientos metros de largo y cerca de treinta torres. Casi nada.

Castillo de Yeste (Yeste, Albacete): También de origen andalusí, el castillo de Yeste sirvió como frontera con el reino nazarí de Granada. Su origen parece estar en el siglo XI y guardaba un estratégico enclave en el que confluyen las sierras de Segura, La Sagra y Alcaraz, así como el nacimiento de ríos como el Segura. Tras ser conquistado por los cristianos en el siglo XIII no perdió relevancia y pasó a ser vigía tanto del mencionado reino de Granada como del vecino reino de Valencia.

Castillo del Cid (Jadraque, Guadalajara): Comentábamos anteriormente que Jaén es la provincia española que tiene más castillos, con un total de doscientos treinta y siete. Le sigue en la clasificación Guadalajara, con ciento noventa y ocho. Uno de los más imponentes es el denominado Castillo del Cid, que domina la localidad de Jadraque desde un cerro próximo. Su fecha de construcción se desconoce, pero fue remodelado casi por completo en el último tercio del siglo XV, otorgándole el aspecto que muestra en la actualidad.

Castillo de los Comuneros (Torrelobatón, Valladolid): Bastantes menos castillos tiene la provincia de Valladolid, donde tan solo se contabilizan cincuenta. No demasiado conocido resulta el castillo de los Comuneros, situado en la pequeña población de Torrelobatón. Su construcción comenzó en el siglo XIII, pero no se completó hasta mediados del siglo XV. Fue propiedad de la familia Enríquez, asimismo dueños de la villa. Curiosamente, también aparece en la película El Cid, al igual que el anteriormente mencionado Castillo de Belmonte.

Castillo de Valdecorneja (El Barco de Ávila, Ávila): Menos castillos aún se cuentan en la provincia de Ávila, que con tan solo veintinueve es la segunda de Castilla en ese aspecto, tan solo superada por Palencia con veinticinco. La población de El Barco de Ávila presume de uno de ellos, el denominado Castillo de Valdecorneja. Fue construido en el siglo XII y remodelado en el siglo XIV. Actualmente es propiedad de la Casa de Alba.

Castillo de Oropesa (Oropesa, Toledo): Retornamos a la provincia de Toledo, cuyos castillos alcanzan la setentena. Conocido también como Castillo de los Álvarez de Toledo, el de Oropesa es de origen musulmán y data probablemente del siglo XII. Fue conquistado por los cristianos en época de Alfonso X el Sabio, ya bien entrado el siglo XIII. En el conjunto sobresale una espectacular torre del homenaje de planta cuadrada, rematada por una terraza almenada.

Castillo de Alarcón (Alarcón, Cuenca): Cuenca supera de largo a Toledo en cuanto a número de castillos, puesto que con ciento setenta y cinco es la cuarta provincia clasificada a nivel estatal. El de Alarcón se eleva sobre un meandro del río Júcar, dando una absoluta imagen de poderío desde la distancia. También de origen musulmán, es probable que ya existiera en tiempos del emirato de Córdoba, hecho que lo convertiría en una de las fortalezas más antiguas de España. Fue conquistado por tropas de Alfonso VIII a finales del siglo XII y ampliado posteriormente.

Castillo de Calatañazor (Calatañazor, Soria): En cuanto a Soria, se sitúa de la mitad para arriba con sus ciento veintiún castillos. El de Calatañazor no resulta un ejemplo de conservación, puesto que tan solo han sobrevivido algunos lienzos y parte de la torre del homenaje, pero tiene su aquel por su larga historia. Construido en el siglo XII por los musulmanes y reformado en el siglo XIV, se le conoce también como castillo de los Padilla por su vinculación con esta noble familia.

Castillo de Chinchilla (Chinchilla de Montearagón, Albacete): Quizás sean menos conocidos que los de otras provincias castellanas, pero en Albacete hay castillos sorprendentes. Uno de los más sobresalientes es el de Chinchilla de Montearagón, que ocupa un sitio predominante entre los apenas cincuenta y dos que pueden verse en la provincia albaceteña. De origen musulmán, o presumiblemente anterior, puesto que se han hallado restos visigodos e incluso romanos junto a él, fue remodelado primero por el infante don Juan Manuel y más adelante por Juan Pacheco, primer marqués de Villena.

Castillo de Torija (Torija, Guadalajara): La creación del castillo de Torija no se atribuye a los musulmanes, a pesar de estar datada en el siglo XII, sino a la orden del Temple. En el siglo XV fue conquistado por los navarros, que hasta estas tierras alcarreñas llegaron en su lucha con los castellanos, y en sus manos se mantuvo unos pocos años, hasta ser reconquistado por el marqués de Santillana. Tras ser volado por orden de Juan Martín el Empecinado en su lucha contra los franceses y resultar muy afectado durante la Guerra Civil, hubo de ser reconstruido en buena parte a mediados del siglo XX.

Castillo de la Vela (Maqueda, Toledo): Fue Almanzor, nada menos, quien ordenó la construcción del castillo de la Vela, que más tarde dio lugar a la población toledana de Maqueda. Sucedía esto en los últimos años del siglo X, aunque poco les duró la alegría a los musulmanes, puesto que tan solo un siglo más tarde fue conquistado por Alfonso VI de Castilla. A diferencia de lo que suele parecer desde el exterior, su interior está inconcluso y no parece que llegue a ser finalizado algún día ante la falta de interés del Estado español, actual propietario de la fortaleza.

Castillo de Castillo de Garcimuñoz (Castillo de Garcimuñoz, Cuenca): ¿Sabíais que en la provincia de Cuenca existe una población llamada Castillo de Garcimuñoz? Parece lógico pensar que debe su denominación a su histórico castillo. Éste fue posiblemente edificado en el siglo X, siendo posteriormente remodelado por el infante don Juan Manuel y más tarde por Juan Pacheco, al igual que sucedió con el castillo de Chinchilla del que hablamos anteriormente. Aunque ahora sea casi desconocido, tuvo una gran importancia en época renacentista, al convertirse en una de las principales plazas fuertes del señorío de Villena.

Castillo de Berlanga de Duero (Berlanga de Duero, Soria): El castillo de Berlanga de Duero se construyó en varias fases. En el siglo X existió una fortaleza musulmana en este lugar, que, tras pasar a manos cristianas en el siglo XII, fue ampliada y rodeada por una línea exterior de murallas. El recinto interior, que conforma el castillo como tal, es del siglo XV y tenía una función residencial, que en el siglo XVI pasó a ser puramente defensiva. A sus pies se localiza la población soriana homónima.

Castillo de Alcalá del Júcar (Alcalá del Júcar, Albacete): Si Berlanga de Duero está situada a los pies de su castillo, lo mismo sucede con la población albaceteña de Alcalá del Júcar. Aunque en este caso no lo hace en un llano o una ladera, sino en la propia hoz que forma el río Júcar en ese punto. La fortaleza fue construida por los almohades en el siglo XII y cambió a manos cristianas a comienzos del siglo siguiente. La torre del homenaje que puede verse en la actualidad fue erigida por orden del anteriormente mencionado Juan Pacheco.

Castillo de Sigüenza (Sigüenza, Guadalajara): Como era bastante habitual en el medievo, el castillo de Sigüenza se levantó sobre una fortificación anterior. En este caso, la fortaleza inicial era musulmana y estaba datada en el siglo VIII, mientras que la construcción que vemos ahora la edificaron los cristianos en el siglo XII. Quizás este castillo tenga el récord de remodelaciones efectuadas, puesto que fue reestructurado en los siglos XIV, XV, XVI, XVIII y XX. La última, tras ser casi destruido por las tropas napoleónicas, las guerras carlistas y la Guerra Civil, con el fin de ser convertido en Parador de Turismo, función que sigue desempeñando en la actualidad.

Castillo de Montalbán (Municipio de San Martín de Montalbán, Toledo): Sin embargo, el castillo de Montalbán no ha sido remodelado nunca, exceptuando una pequeña restauración en el siglo XIV. Había sido construido a comienzos del siglo XIII por miembros de la Orden del Temple y más adelante alcanzó mucha relevancia tras el sitio que sufrió en su interior el rey castellano Juan II a manos del infante Enrique de Aragón. En la actualidad, se encuentra en estado semirruinoso y urge una completa reestructuración, puesto que sería una lástima que tan magnífica fortaleza se viniera abajo del todo.

Actualización en febrero de 2022

Alcázar de Segovia (Segovia, Segovia): Ya, ya sé que su denominación suena un tanto equívoca y no encaja con la de los anteriores, pero el alcázar de Segovia es indudablemente un castillo. Construido en época almorávide, fue remodelado en el siglo XVI y más adelante en el siglo XIX, adquiriendo entonces su aspecto actual. Situado en la confluencia de los ríos Clamores y Eresma, cualquiera que lo haya visto coincidirá conmigo en que resulta uno de los más atractivos y mejor conservados castillos de la ancha Castilla.