Situado en plena calle Trapería, arteria comercial por excelencia en el centro histórico de la ciudad, el Casino de Murcia data de mediados del siglo XIX. Es una edificación ecléctica, resultado de una amalgama de estilos que se desarrollaron en España en la época. El edificio original es obra del arquitecto Francisco Bolarín y fue inaugurado en 1853. Posteriormente fue sometido a diversas ampliaciones, hasta darse por concluido con la fachada principal, obra de Pedro Cerdán en 1902. Entre sus diferentes estancias sobresalen el denominado Patio Árabe, construcción neonazarí de Manuel Castaños para la cual se necesitaron unas veinte mil láminas de pan de oro; la Biblioteca, realizada en 1913 y cuyos volúmenes se almacenan en una tribuna superior de madera sustentada por ménsulas; el Salón de Té, cuyo elemento más característico es su techo de escayola; el neoclásico Patio Pompeyano, que incluye catorce columnas rematadas con capiteles jónicos; el Tocador de Señoras, con un techo decorado por frescos que representan a la diosa griega Selene; y, especialmente, el Salón de Baile, extraordinaria obra neobarroca de 1875 en la que despuntan cinco espectaculares arañas de bronce bañado en oro, ornamentadas con cerca de dos mil cuentas de cristal de Baccarat. Destaca también su valiosa colección de pintura de artistas españoles del siglo XIX.