Valle Salado de Añana (por Alberto Campa)
Casi seguro que la gran mayoría de nosotros hemos visto alguna vez explotaciones de sal en algún lugar al lado del mar. Podría ser el caso de Santa Pola o Ibiza, por sólo citar un par de ubicaciones de las tan habituales salinas marinas. Pero mucho menos frecuente es conocer estas explotaciones del antiguo oro blanco tierra adentro. Este es el caso del Valle Salado de Añana, una milenaria explotación salinera en el interior de Euskadi perteneciente a la provincia de Álava. Aunque hay documentos escritos sobre este paraje con más de mil años, se cree que hace ya unos siete mil años que los distintos habitantes del lugar y sus invasores llevan separando la sal del agua que brota de sus muchos manantiales de salmuera por el sencillo procedimiento de evaporación con la ayuda del sol en sus más de 5.000 trabajadas eras.
El milagro se produce por un fenómeno geológico llamado diapiro, que hace manar agua salada de un subsuelo que fue terreno marino hace unos 200 millones de años y donde ha quedado atrapada esa sal, a través de la cual brota el agua a la superficie. Después se conduce valle abajo por ingeniosos canales de madera con pequeña inclinación de caída y rehechos una y otra vez durante miles de años para, almacenando el agua salada en pozos, repartirlo finalmente a las eras y que así el sol haga su trabajo hasta que ya solo quede la preciada y blanca sal.
Hoy en día, la sal ya no tiene el valor que tenía para que tan históricamente artesanal explotación sea rentable, pero a través del patrocinio gubernamental, los actuales propietarios de eras y algunos famosos cocineros como los Roca, Mugariz o el Akelarre de Subijana que compran y añaden esta exquisita sal a sus platos, hace que el lugar siga activo y con posibilidades de ser un nuevo Patrimonio UNESCO del País Vasco.
Os animo a todos, y en especial a los cercanos amigos del norte, que os acerquéis algún día a conocer estas Salinas de Añana. Eso sí, si es en verano, pertrecharos con un buen sombrero y algo de cremita, porque el binomio sol y sal no genera fresquito precisamente al visitante que aspire a ganarse su SALario. Buen día Friends.