Dada su ubicación en un cruce de caminos, la antigua ciudad de Capera recibió esta denominación que se piensa podría significar lugar de intercambio. No está claro si existió en este lugar un asentamiento vetón con anterioridad o su origen fue romano. En tiempos de Vespasiano adquirió la categoría de municipio y se mantuvo habitada hasta la Alta Edad Media, cuando comenzó un progresivo despoblamiento. Estaba atravesada por la calzada denominada Vía de la Plata, que iba desde Augusta Emerita hasta Asturica Augusta. Entre sus restos, el más destacado es un arco cuadrifronte, único en la Península Ibérica. Se conservan también las termas, parte del foro, restos de lo que fue el anfiteatro y uno de los accesos al recinto amurallado que la rodeaba en su totalidad. En la actualidad, el yacimiento arqueológico se encuentra repartido entre los municipios cacereños de Guijo de Granadilla y Oliva de Plasencia.