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Encargo del Papa Julio II al genial artista Michelangelo Buonarroti, La creación de Adán es un fresco que ocupa el punto central de la bóveda de la archifamosa Capilla Sixtina. Tiene unas dimensiones de quinientos setenta por doscientos ochenta centímetros y representa a Dios en el momento de dar vida a Adán, el primer ser humano. La obra contiene numerosas alegorías, incluyendo la postura similar en la que se encuentran ambas figuras, cuyo significado refiere al párrafo del Génesis en el que se afirma que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Los dedos índice de Dios, representado como un anciano con barba blanca, y Adán, como un joven de físico poderoso a la manera clásica, se acercan sin llegar a tocarse, manteniendo la distancia que separa lo divino de lo humano pero dando muestra de su cercanía. El brazo izquierdo del Creador rodea a una figura femenina, que se ha identificado con Eva aguardando su turno para recibir la vida con posterioridad. Junto al resto de escenas bíblicas representadas en el techo de la Capilla Sixtina, la obra tardó unos tres o cuatro años en ser completada, dándose por concluida en 1512.