Nada más hacer su aparición sobre la faz del Planeta Tierra, el ser humano comenzó a desarrollar sus inquietudes artísticas. Ocurría esto durante el Paleolítico superior, hace aproximadamente unos cuarenta mil años, y el soporte elegido fue el único que tenían a mano por entonces. Hombres y mujeres comenzaron a expresarse en las paredes de cuevas y abrigos, dejando numerosas muestras de lo que mucho tiempo después comenzó a denominarse arte rupestre. Sin ser conscientes de ello, además, habían creado la manifestación pictórica que hoy día conocemos como pintura mural.

También denominada simplemente mural, la pintura mural es una técnica artística consistente en la aplicación de un dibujo sobre un muro. Desde aquellos tiempos prehistóricos la metodología ha evolucionado bastante y ya raramente se pinta directamente sobre la pared, sino que se hace sobre una capa intermedia. El procedimiento más habitual es conocido como pintura al fresco debido a que el soporte está todavía húmedo cuando se cubre con el pigmento. Una variante es denominada pintura al seco porque, como era de esperar, se deja secar el muro antes de procederse al pintado.

En este nuevo reto con nuestro compañero de fatigas blogueriles Jordi Martínez Baylach vamos a mostraros nuestras diez pinturas murales favoritas. Aquí tenéis las elegidas, ordenadas cronológicamente de manera que pueda apreciarse la evolución en el tiempo de la técnica pictórica más antigua que se ha desarrollado.

Pinturas de la Cueva de los Letreros (Municipio de Vélez Blanco, España): Englobadas dentro del denominado arte rupestre levantino, las pinturas de la Cueva de los Letreros fueron descubiertas hace aproximadamente un siglo. Obra de autores anónimos, fueron realizadas en un amplio lapso de tiempo, remontándose las más antiguas a unos siete mil años atrás. Entre las diversas figuras antropomorfas que pueden verse en ellas, destaca una cuyo aspecto recuerda al de un hechicero y que es popularmente conocida como El Brujo.

Doncellas de Sigiriya (Distrito de Matale, Sri Lanka): Resulta complicado datar las pinturas que decoran el lado oeste de la roca ceilanesa de Sigiriya, pero es probable que fueran realizadas en el siglo V aproximadamente. De acusados colores vivos, representaban a unas quinientas figuras femeninas, aunque de bastantes de ellas tan solo quedan trazas. Se extienden por un espacio de unos ciento cuarenta por cuarenta metros conformando el que posiblemente sea el panel pictórico más grande del mundo.

Frescos de la Basílica de San Isidoro (León, España): La bóveda del Panteón Real de la basílica de San Isidoro de León está recubierta de pinturas murales datadas en la segunda mitad del siglo XII. Realizadas en estilo románico, muestran escenas de la Navidad, la Pasión y la Resurrección, así como representaciones de los signos del zodiaco y lo que se considera una especie de calendario agrícola, con escenas de las labores en el campo correspondientes a cada época del año.

Crédito: Joe Shlabotnik

Frescos de la Capilla Scrovegni (Padua, Italia): Aunque la técnica denominada pintura al fresco era ya conocida en las civilizaciones egipcia y helenística, fue en el Renacimiento cuando alcanzó una gran relevancia. Uno de sus primeros y principales impulsores fue Giotto di Bondone, que dejó una buena prueba de su inconmensurable maestría en la ciudad de Padua. Concretamente en el interior de la exteriormente austera Capilla Scrovegni, cuya decoración concluyó a comienzos del siglo XIV y que suele dejar con la boca abierta a sus visitantes.

Crédito: janeb13

La última cena (Milán, Italia): También pasaría desapercibido el convento milanés de Santa Maria delle Grazie si no fuera por la auténtica obra maestra que ocupa un muro de su refectorio. La mundialmente famosa pintura denominada La última cena fue ejecutada con simpar habilidad por Leonardo da Vinci a finales del siglo XV. Sus casi nueve metros de largo por más de cuatro y medio de ancho muestran una escena ampliamente representada y modelo para muchas otras que vinieron después. Para muchos expertos se trata de una de las mejores pinturas del mundo. Yo no tengo duda alguna: no hay otra igual.

Crédito: Desconocido

La creación de Adán (Ciudad del Vaticano, Ciudad del Vaticano): Tan solo quince años después de que Leonardo concluyera su obra maestra, Miguel Ángel lo hacía con una de las suyas. Resulta difícil elegir entre los maravillosos frescos que decoran la inigualable Capilla Sixtina, pero uno de los más icónicos es el conocido como La creación de Adán. La imagen de Dios acercando su dedo índice a la mano izquierda de Adán con el fin de darle vida es una de las más renombradas en todo el arte mundial. El dedo divino no llega a tocar la mano humana, pero la mínima distancia que los separa es una muestra de la cercanía entre ambos.

Frescos de Voroneţ (Distrito de Suceava, Rumanía): A pesar de que el monasterio de Voroneţ fue terminado a finales del siglo XV, los frescos que decoran el exterior de su iglesia de San Jorge fueron pintados a mediados del siglo siguiente. Milagrosamente han resistido a la ardua climatología de esta zona noreste de Rumanía, conservándose en excelente estado aún. Destaca la escena que cubre la parte posterior del templo, que representa el Juicio Final y cuya vívida tonalidad azulada resulta la mejor muestra de lo que en el país rumano se conoce como azul de Voroneţ.

Frescos de Rila (Provincia de Kyustendil, Bulgaria): Tras un tiempo de oscuridad, la pintura mural comenzó a resurgir aproximadamente en el siglo XIX. El monasterio de Rila había sufrido un incendio que lo destruyó en buena parte y en las tareas de reconstrucción se tuvieron en cuenta los parámetros del denominado Renacimiento búlgaro, muy en boga entonces. Tanto la iglesia principal como el pórtico que le da acceso fueron decorados con frescos que destacan por sus vivos colores, obra de los hermanos Zograf de mediados del mencionado siglo.

Frescos de Kertha Gosa (Semarapura, Indonesia): Formando parte del palacio de Klungkung, localizado en la población balinesa de Semarapura, en el pabellón Kertha Gosa, denominación que se traduce como corte de justicia, se discutían asuntos legales. Su techo muestra unas espectaculares pinturas, realizadas también en el siglo XIX según la técnica tradicional conocida como wayang por su parecido con el teatro de sombras indonesio.

Retrato de Dalí (Murcia, España): Ya en el siglo XX, la pintura mural tomó impulso gracias al muralismo mexicano, movimiento aparecido en los primeros años de ese siglo. Décadas después se revisó el concepto para adaptarlo a los nuevos tiempos. Así surgió el arte urbano conocido como graffiti, que se ha ido perfeccionando con el tiempo y nos ha dejado obras magníficas, como la representación del rostro de Salvador Dalí realizada por el artista brasileño Eduardo Kobra en la ciudad de Murcia en 2017. Con representaciones como ésta cabe afirmar que los murales siguen gozando de buena salud en pleno siglo XXI.

Podéis ver las diez pinturas murales elegidas por Jordi aquí.