Pasé un día y una noche en Morelia, tiempo que consideré suficiente para conocer lo más característico de la ciudad, en especial los edificios y las calles que recomienda UNESCO, que me recordaron a Castilla, en España, pues no en vano el primer nombre de Morelia fue precisamente Valladolid. La noche anterior había llegado tarde a la ciudad y hallé un hostal cerca de la Catedral de la Transfiguración, pero no visité nada, tan sólo salí por unos minutos afuera, localicé una tienda de abarrotes donde compré pan y mortadela (más una cerveza fresca), y regresé al hostal para prepararme y comerme un bocadillo en mi habitación. Recuerdo que la catedral, a pesar de estar ya cerrada cuando llegué en la oscuridad, estaba iluminada y aparecía majestuosa y bella. En la recepción de mi hostal me dijeron que la empresa que se ocupó de la iluminación nocturna fue la misma que también iluminó la Torre Eiffel, en París.
Por la mañana entré en la catedral, sin siquiera desayunar, de tan impaciente que estaba por conocerla. Una vez adentro compré un cirio. Me quedé en ella más de una hora, exaltado. Se afirma que es la catedral más bella de México. Yo la hallé deslumbrante. Sus dos torres gemelas, de 66 metros de altura, le otorgaban un equilibrio y hermosura sin par.
En una placa sobre una pared de la catedral, pude leer:
«El 6 de agosto del año 1660. Día de la Transfiguración del Señor, se colocó la primera piedra de esta catedral, magna obra encargada al arquitecto italiano, maestro mayor y aparejador
BISENCIO VARROCIO ESCALLOLA
Conocido en su tiempo como el romano, a quien rendimos merecido homenaje en este 350 aniversario del inicio de tan excepcional y significativa obra para los morelianos, michoacanos y mexicanos.
Morelia 6 de agosto del año 2010
Morelia Patrimonio Cultural de la Humanidad, A. C.»
En realidad, el nombre del arquitecto era Vicenzo Barrochio. Leí que la catedral fue saqueada en diversas ocasiones en el siglo XIX por el ejército mexicano que consiguió la independencia de España.
Según un folleto que me facilitaron en la oficina de turismo, Morelia posee centenares de edificios históricos construidos por los españoles en el mismo estilo barroco novohispano, usando una piedra rosada cuya cantera se halla en los alrededores. Yo no creo que viera más de treinta edificios el día que estuve en Morelia, pero me sentí satisfecho igualmente, pues fueron los más remarcables, según el folleto que me regalaron. No me perdí ninguna iglesia, ni palacio, ni estatuas dedicadas a personajes históricos, como Benito Juárez. Tras Morelia viajé en autobús a Toluca.
