Habitada ya desde la época de los castros, la población de Orense fue establecida como tal en época romana. El origen de su denominación es desconocido, aunque la teoría más extendida es que proviene de la abundancia de oro en la zona en aquella época. Sin embargo, para algunos estaría relacionado con la existencia de fuentes de aguas termales, como se pone de manifiesto en Las Burgas. Estos manantiales se encuentran en el casco antiguo de la ciudad, uno de los que conservan mayor patrimonio en Galicia. Estructurado en torno a la Plaza Mayor y la Plaza del Hierro muestra un elevado número de edificios religiosos, entre los que sobresalen la catedral y las iglesias de San Francisco y de la Santísima Trinidad. Hay que mencionar también la capilla de Nuestra Señora de los Remedios, situada junto al denominado Ponte Romana que cruza el río Miño en ese lugar. La arquitectura civil está peor representada, especialmente desde la demolición del Castelo Ramiro a finales del siglo XV. Destacan también una decena de cruceiros monumentales, que se localizan en diversos puntos del centro histórico orensano.