Entre las iglesias románicas conservadas en el leridano valle de Boí, probablemente sea la de San Juan la que mantiene un mayor número de elementos que retrotraen a su aspecto original. Está situada en la población que da nombre al valle y debió ser construida a finales del siglo XI o comienzos del siglo XII, al igual que el resto. Como algunas de ellas, tiene planta basilical, en este caso dividida en tres naves que originalmente estaban rematadas por sendos ábsides. Sin embargo, uno de ellos fue destruido durante una remodelación que sufrió el templo en el siglo XVII. Tanto sus muros interiores como algunos exteriores estaban decorados con pinturas que se han conservado en parte, aunque los originales se encuentran actualmente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. El campanario actual tiene tres pisos, aunque es probable que fueran más en el pasado y los superiores se destruyeran en un incendio sufrido por la iglesia en el siglo XIII.