Mosi-oa-Tunya (por Jorge Sánchez)
El día anterior había visitado las cataratas Victoria desde el lado zimbabuense y me había emocionado, por ello al cruzar al lado zambiano esa primera sorpresa al ver esas mismas cataratas no fue tan grande, pero igualmente me sentí exaltado ante tal maravilla de la naturaleza.
Todos los turistas con los que hablé ese día de mi visita afirmaban que el lado zimbabuense es el mejor para ver esas cataratas porque había más longitud de mira, sin embargo yo apenas vi diferencias y desde el lado zambiano también me gustaron, y disfruté de las dos visiones por igual, cuanto más que la diferencia entre las dos visitas había sido de sólo un día. Recuerdo que cuando estuve visitando las cataratas del Iguazú, los turistas también se preguntaban: ¿Qué lado es mejor, el argentino o el brasileño? ¿Y las cataratas del Niágara: desde el lado canadiense o del estadounidense?
Para mí, que ya había estado en las otras dos cataratas, tras visitar las de Victoria ya lo tenía claro: las cataratas más impresionantes por el tamaño son las del Iguazú; luego vienen las de Victoria, y finalmente las del Niágara, que son las más pequeñas de las tres.
Al igual que en el lado zimbabuense, también en el zambiano te ofrecían máscaras de madera y otros suvenires, o caminatas por los alrededores con un guía local, o bien subirte a un helicóptero para contemplar las cataratas desde el aire, o practicar rafting por las aguas del río Zambeze. Pero como mi economía no era muy boyante decliné todas estas propuestas, por lo que tras unas pocas horas de contemplación me marché a Livingstone y desde allí al día siguiente me marché a viajar a otra parte.