Situado extramuros de la Gerona medieval, junto al río que le da nombre, el monasterio de Sant Pere de Galligants fue fundado probablemente en la década final del siglo X. De dimensiones reducidas, albergaba apenas a un puñado de monjes benedictinos, que se fueron sucediendo en la vida monacal hasta que el cenobio fue desamortizado en 1835. Fue entonces abandonado, aunque una veintena de años después comenzó a servir como sede de un museo arqueológico, tal y como sigue sucediendo en la actualidad. Arquitectónicamente destaca su campanario octogonal de estilo lombardo, así como su diminuto y coqueto claustro, construido en la segunda mitad del siglo XII de acuerdo con los preceptos del románico catalán.