Cerámica talaverana
La población toledana de Talavera de la Reina ha venido produciendo cerámica de fabricación artesanal desde tiempos inmemoriales. Su origen se considera romano, aunque su diseño característico, en el que tienen prevalencia los motivos vegetales y geométricos, es claramente musulmán. Durante el Renacimiento alcanzó su plenitud con la llegada a Talavera de alfareros flamencos y holandeses, que aportaron las técnicas entonces vigentes en su tierra. Tras un periodo de decadencia durante la mayor parte del siglo XIX, resurgió con fuerza a comienzos del siglo XX de la mano de artesanos como Juan Ruiz de Luna, quienes le devolvieron el esplendor de tiempos pasados. Además de la famosa loza de Talavera, habitual en diferentes museos y representada en numerosas obras de arte renacentistas y barrocas, la cerámica de estilo talaverano está presente en diferentes murales repartidos por la población, así como en la portada de diversos edificios locales. Entre estos últimos hay que mencionar el Teatro Victoria, cuya fachada fue decorada por el ceramista anteriormente mencionado. La cerámica de estilo talaverano se extendió a otras localidades, como la cercana El Puente del Arzobispo y las mexicanas Puebla y Tlaxcala, y en todas ellas ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO en 2019.