Segunda por extensión de las Antillas tras Cuba, La Española es también la isla más poblada de América con sus aproximadamente veintidós millones de habitantes. Distribuye su territorio de unos setenta y seis mil kilómetros cuadrados entre los estados de Haití y la República Dominicana, correspondiendo a ésta algo menos de dos tercios del total. Fue bautizada por Colón, que llegó a ella en su primer viaje a América tras encallar la Santa María en tierras del actual Haití. Allí estableció un fuerte, que poco después fue incendiado y sus residentes asesinados a manos de la población taína. Sin embargo, un año más tarde, el propio Colón fundó cerca de allí una población a la que llamó La Isabela, que se convirtió en el primer asentamiento europeo en América. Siguieron luego varios otros, bien protegidos por fortificaciones como la fortaleza de San Felipe. El interior de La Española es rugoso y existen en él cinco cadenas montañosas. En la denominada Cordillera Central se encuentra el Pico Duarte, que supera los tres mil metros y es el más alto de las Antillas. La deforestación en la parte haitiana de la isla fue desmedida durante el siglo XX, lo que ha llevado a la desertificación y ha hecho que la mayoría de los ríos se hayan secado. Sin embargo, el territorio dominicano conserva buena parte de su cubierta boscosa original, con corrientes de agua como el río Chavón que se abren paso en medio de una densa espesura. La Española destaca también por sus playas, entre las que hay que mencionar las cercanas a la localidad de Puerto Plata.