Los orígenes de la actual ciudad de Granada se encuentran en un asentamiento íbero del siglo VII a.C. denominado Ilturir. La población ganó relevancia en época romana, cuando era conocida como Ilíberis y llegó a ser municipium. Tras un periodo de oscuridad ocurrido entre los siglos VIII y XI, renació a comienzos de este último siglo, al crearse Madinat Garnata en la zona que ocupa actualmente el barrio del Albaicín. Su punto culminante llegó en época nazarí, cuando fue diseñada la ciudadela palatina que hoy conocemos como Alhambra, incluyendo la fabulosa fuente de los Leones, y el vecino palacio del Generalife con su exuberante jardín. El conjunto monumental formado por Alhambra, Generalife y Albaicín está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. La conquista de la localidad por parte de los cristianos llevó a un incremento de su ya por entonces vasto patrimonio, respetándose además el construido durante la época musulmana. Surgieron así la Catedral, magnífica obra renacentista de comienzos del siglo XVI; la aneja Capilla Real, contemporánea de la anterior y donde fueron enterrados los Reyes Católicos; y el palacio de Carlos V, edificado dos décadas más tarde en el interior de la Alhambra. Los monasterios de la Cartuja y de San Jerónimo, las iglesias de Santo Domingo, de San Gil y Santa Ana y de San Pedro y San Pablo, la Chancillería, así como numerosos conventos y palacios completan el extraordinario conjunto patrimonial de una ciudad cuya oferta cultural está bien complementada con las colecciones expuestas en una veintena de museos. En cuanto al patrimonio costumbrista de Granada, destaca por méritos propios el flamenco, omnipresente en toda la población.