Localizado en el interior de la edificación situada en la calle Paradís, número 10, en pleno Barrio Gótico de Barcelona, este templo dedicado a Augusto se encontraba en la zona central del foro de Barcino. Fue erigido en el punto más elevado de esa ciudad romana, el conocido como monte Táber, muy probablemente en el siglo I de nuestra era. Debía medir unos cuarenta metros de largo por unos veinte de ancho y se trataba de un templo hexastilo, es decir, en su frontal se alineaban seis columnas de relevante tamaño. Cuatro de las cuales, restauradas por Puig i Cadafalch en el siglo XIX, han llegado hasta nuestros días. Además de ellas, quedan restos del transepto y de parte del podio sobre el cual descansaba.