Erigida a comienzos del siglo XIV, la de San Martín es la más antigua de las torres mudéjares que se conservan en la población de Teruel. Fue construida a la manera de los alminares almohades, con una estructura interior separada de otra exterior por las escaleras mediante las cuales se accede a la zona superior. La influencia almohade se nota también en su exterior, profusamente decorado a base de cerámica vidriada con abundancia de los entrelazados romboidales conocidos como sebka. Su cuidado diseño sirvió como imagen a la también turolense torre del Salvador, edificada en la misma época. La base de ambas se encuentra perforada y permite el paso de una calle, en este caso la cuesta de la Andaquilla, a través de dos arcos apuntados.