Por India iba siguiendo los pasos de uno de mis ídolos viajeros, el monje budista chino Xuangzang, y cuando leí que había estado en las grutas de Ajanta y Ellora, rápidamente me dirigí a estos dos sitios, durmiendo una noche en cada uno de sus refugios de peregrinos. Como venía del norte (de visitar el Patrimonio Mundial de Sanchi), empecé por Ajanta.

Ajanta me impresionaría más que Ellora. Las cuevas de Ajanta son más antiguas; son exclusivamente budistas y destacan por sus soberbios frescos. Mientras que las cuevas de Ellora están dedicadas al budismo, al jainismo y al hinduismo. En Ajanta vi unas 30 grutas excavadas en las rocas formando una herradura junto a un río, que albergaban maravillosos frescos representando con gran realismo escenas de la vida de Buda y su filosofía. Y por los alrededores había estupas, monasterios activos y estatuas de Buda.

No pude visitar todas las grutas pues algunas estaban cerradas, pero para el resto me guie por los consejos de los monjes de los monasterios dentro de las cuevas, que me señalaban las más interesantes e instructivas, sobre todo las que preservaban los frescos más espectaculares y mejor preservados. El día siguiente, con el alba, me desplacé a las grutas de Ellora y un día más tarde a las de la isla de Elefantina.