Capital de un boyante reino maya durante varios siglos, la ciudad de Copán ya había sido abandonada a la llegada de los españoles en el siglo XVI, pero los vestigios que permanecen en el lugar permiten hacerse una idea de cómo era la vida de sus habitantes. Sus orígenes son desconocidos, aunque parece que comenzó a despuntar en el siglo V. Entonces era conocida como Oxwitik y se convirtió en una de las ciudades-estado más poderosas del sur del territorio maya. Se sabe también que su población descendió en tres cuartas partes entre los siglos VIII y IX, pero a partir de entonces se sumió en un periodo de oscuridad. Entre los restos que han llegado hasta nuestros días destacan numerosas estelas en representación de sus dirigentes y la conocida cómo Escalinata de los Jeroglíficos, en cuyos escalones se narra en clave jeroglífica la vida cotidiana durante el reinado de algunos de sus monarcas.