De entre los numerosos templos existentes en la ciudad japonesa de Kioto y sus alrededores seguramente el más fotogénico es el conocido como Kinkaku-ji, o Templo del Pabellón Dorado. Aunque su denominación oficial sea Rokuon-ji, o Templo del Jardín de los Ciervos, incluso los mismos locales hacen referencia a su construcción más famosa, un pabellón de tres plantas en el que las superiores están recubiertas por láminas de oro puro. Fundado en el siglo XIV, este templo budista alberga también un destacado jardín japonés alrededor de un estanque al que popularmente se conoce como Kyōko-chi, que se traduce como espejo de agua. La versión actual es de mediados del siglo XX y el recubrimiento con hojas de oro que puede verse hoy día data de hace aproximadamente tres décadas.