Perfectamente integrado en un bosque a las afueras de Riga, el Museo Etnográfico de Letonia muestra cómo era la vida en esta zona del Báltico en el pasado. Fue fundado en la década de los años treinta del siglo XX, incluyendo entonces tan solo seis edificaciones procedentes de la región de Vidzeme. Poco a poco fueron añadiéndose muestras de Kurzeme, Zemgale y Latgale, las otras tres regiones que componen Letonia. El museo fue bastante respetado durante la Segunda Guerra Mundial y apenas sufrió daños. Sin embargo, durante el régimen comunista pasó al olvido y tan solo a partir de los años sesenta comenzó a recuperarse tímidamente. En la actualidad, comprende unas ciento veinte construcciones, distribuidas en una superficie aproximada de noventa hectáreas. Mención especial merece un antiguo molino de viento procedente de la aldea de Rundēni.