Dinero de piedra
Los habitantes de las islas que forman parte de Yap, uno de los cuatro Estados Federados de Micronesia, conservan aún muchas de sus tradiciones milenarias. Una de las más sorprendentes para el viajero es el conocido como dinero de piedra. Consiste éste en el uso con fines monetarios de piedras circulares de diferente tamaño, que se asemejan a enormes donuts por el agujero que llevan en el centro y que pueden verse en las aldeas locales, bien individualmente o agrupadas, generalmente formando hileras. La palabra con la que localmente son designadas es rai, que significa ballena, debido a que cuando esta tradición dio comienzo las piedras eran esculpidas con una forma similar a la de este cetáceo.
Todo empezó hace cientos de años, cuando unos marinos yapeses arribaron de forma accidental a una de las islas del archipiélago de Palaos. Allí se sorprendieron con la abundancia de rocas existente, fenómeno desconocido para ellos pues tales formaciones no existían en su tierra natal. De manera que excavaron parte de una de ellas, le dieron una forma similar a la de ballena y la llevaron a su lugar de origen. Algunos jefes locales en Yap se sintieron atraídos de inmediato por algo tan raro y mandaron a su gente a por más piedras. Pronto éstas empezaron a usarse con una finalidad económica, reemplazando a conchas y otros objetos que se empleaban entonces con tal fin. La costumbre de ir a buscar piedras a Palaos, usando para transportarlas pequeñas a la vez que frágiles embarcaciones, se mantuvo durante mucho tiempo, hasta principios del siglo XX.
El transporte de tan extraña mercancía no estaba exento de peligros, por supuesto. Mucha gente moría aplastada por ellas o cuando su embarcación naufragaba debido a su peso, que podía ser de varias toneladas, o la acción de los elementos. Con el tiempo, el valor de un rai dejó de ser determinado por su tamaño, como probablemente sucedía al principio, y pasó a serlo por la historia que tiene detrás. También es importante la forma en que la piedra está trabajada: son más valiosas las menos pulidas, pues esto indica que fueron esculpidas usando herramientas tradicionales y, por lo tanto, su antigüedad es mayor. Un rai pierde todo su sentido y valor si se rompe, lo que sucedía en ocasiones durante el proceso de transporte. Debido a ello, y a su elevado peso, las piedras no suelen cambiar de emplazamiento, habiéndose mantenido durante siglos en el mismo lugar que ahora ocupan. En contra de lo que suele pensarse, el agujero que llevan en su zona central no tiene ningún significado especial, simplemente se hacía para facilitar el acarreo de la piedra mediante un tronco de árbol pasado por el medio.
La posesión de uno o más rai determinaba la riqueza de un pueblo y, por consiguiente, de su jefe. Originalmente se usaban para comprar tierras, pagar favores a los amigos, compensar a alguien por un daño causado, incluso a cambio de mujeres. Y en pleno siglo XXI el uso del dinero de piedra tiene aún pleno sentido en todos los supuestos anteriores excepto el último. Por tanto, los rai todavía cambian de propietario en estos tiempos presuntamente modernos pero nunca de lugar, manteniéndose en el sitio en el que fueron situados centenas de años atrás. Curiosamente no hay problemas para saber quién es el propietario actual de uno determinado, todo el pueblo lo sabe.
Cuando en el verano de 2008 llegamos a la isla de Yap, ya habíamos oído hablar del dinero de piedra. Incluso habíamos visto algún ejemplar en un museo de Palaos. Pero no esperábamos encontrarnos con tal cantidad de rai como los que aún existen. Y, por supuesto, nunca podríamos haber imaginado que su uso en transacciones diversas siguiera teniendo aún plena vigencia. Pero son muchas las sorpresas que esperan al viajero en este lugar. Mientras paseábamos junto a una hilera de ellos, nuestro conductor comentó: ‘Éste es uno de los mayores bancos de dinero de piedra que tenemos. Y no hay peligro de que lo roben, su peso no les facilita el trabajo a los ladrones’. Me hizo pensar en las múltiples ventajas de este tradicional sistema monetario en comparación con el actual.
Gran post Floren. Debe ser por si querencia por las monedas pero lo he encontrado especialmente interesante. Aunque si tuviese que guardar estas que has puesto en un álbum…
Esa parte del mundo me esta esperando desde hace mucho tiempo…
En Micronesia aún es posible visitar islas donde se mantienen tradiciones ancestrales, y ésta es una de ellas. Espero que puedas ir pronto por allí.
Este post en concreto (con algunas diferencias, lo he retocado un poco) tiene el «honor» de ser el más popular de mi difunto blog. Aún así creo recordar que pasó por poco de las mil vistas, por lo que no es para tirar cohetes desde luego. Me alegra que a ti te resulte de interés.
Interesante encontrar las diferentes versiones del dinero rn los tiempos antiguos, como lo fueron las semillas de cacao entre los pueblos indigenas de América.
Gracias por el aporte, desconocía el dato. En Micronesia sigue manteniéndose la tradición en cierta manera, aunque me temo que acabará perdiéndose. La globalización causa estragos en las costumbres de los pueblos.
Muchas gracias por tu comentario y un saludo.
Esa cualidad de «grandes piedras» es lo que las relaciona con Bitcoin. Ambas formas de moneda representan un sistema de contabilidad público que aporta transparencia sobre las transacciones y permite ver quién envía y recibe el dinero, así como la seguridad de que son inamovibles.
Interesante punto de vista.
Muchas gracias por tu comentario y un saludo.