Situados en el interior de Croacia, los lagos de Plitvice ofrecen al visitante imágenes de una espectacular belleza. Entre la veintena que pueden verse en un espacio aproximado de trescientos kilómetros cuadrados, un total de dieciséis están localizados a diferente altitud y comunicados unos con otros mediante un sistema de cascadas. Su característica coloración, que presenta diferentes tonalidades de azul, verde y gris, varía constantemente dependiendo de la luz solar y la acumulación de microorganismos y algas que tenga el agua en ese momento. Circulan numerosas leyendas respecto al origen de estos lagos y su relación con los habitantes del entorno cercano. De hecho, varios de ellos se denominan haciendo referencia a personas o animales que en ellos perdieron la vida. El más grande de todos ellos es conocido como lago de las cabras, debido a la treintena de estos bóvidos que en él se ahogaron huyendo de los lobos.