Epicentro de la ciudad de Roma en su época de esplendor, el Foro constituía sin duda el punto neurálgico de la misma. Conocido entonces como Forum Magnum, en él se sucedían las edificaciones más destacadas de la población, tanto religiosas como civiles. Con el tiempo, su tamaño fue quedándose pequeño y sucesivos emperadores lo fueron expandiendo y haciendo cada vez más grandioso. A estas ampliaciones se les conoce como Foros Imperiales y fueron planificadas por César, Augusto, Nerva y Trajano respectivamente. Con el tiempo llegaron a formar un todo con el Foro inicial, hasta que en época de Mussolini fueron separados al trazar una carretera entre ellos. En todo el conjunto se conservan numerosos restos de templos, basílicas y otras edificaciones públicas. Quizás los más destacables sean los arcos triunfales de Septimio Severo y Tito así como la espectacular Columna Trajana, columna de treinta metros de altura que glosa las hazañas del emperador Trajano en su guerra contra los dacios mediante un bajorrelieve en espiral. Entre los templos, se cuentan numerosos ejemplos de ellos por doquier, como el denominado Templo de Venus Genetrix dedicado a la diosa de la maternidad y situado en el Foro de César.
