Oficialmente denominada Catedral de la Intercesión de la Virgen junto al Foso, este templo de características formas es más conocido como Catedral de San Basilio por encontrarse en ella la tumba de este santo. Fue construido a mediados del siglo XVI en el centro de Moscú por orden de Iván IV, apodado el Terrible, como conmemoración de la conquista de la ciudad de Kazán. Cuenta la leyenda que el zar mandó dejar ciego al arquitecto encargado de la obra tras la finalización de ésta, aunque es posible que tal afirmación no sea más que un mito. Se desconoce cuál fue el modelo en el que se basó el autor para crear una edificación que marcó un antes y un después en la arquitectura rusa. Para algunos estuvo influenciado por las iglesias de madera de la zona, otros afirman que se basó en alguna mezquita asiática. Sea como fuere, su diseño ha perdurado en el tiempo y se ha convertido en el principal símbolo de la ciudad moscovita.