Auténtico símbolo de la ciudad de Viena, la catedral de San Esteban está situada en la zona central de la capital austriaca. Inicialmente un templo románico construido en el siglo XII, sufrió diversas remodelaciones en ese mismo estilo hasta su rediseño casi completo a comienzos del siglo XIV. Adquirió entonces el aspecto gótico que ha perdurado hasta la actualidad, con añadidos barrocos tras varios rediseños adicionales. Entre sus elementos más característicos destaca el fabuloso tejado, cuyo escarpado diseño posee una pendiente que llega a alcanzar los ochenta grados en algunas zonas. Hay que mencionar también los pórticos construidos en los siglos XII y XIII, pero si hay una imagen que identifique plenamente a este templo es la de su torre sur, popularmente denominada Steffi. Fue añadida en el siglo XIII, supera los ciento treinta metros de altura y tiene forma de una estilizada pirámide que parece prolongarse hasta el infinito.