Así denominada debido a su cerrada bahía, que a los españoles les recordaba la de la localidad murciana de Cartagena, la población de Cartagena de Indias fue fundada en la primera mitad del siglo XVI. Poco después su puerto se convirtió en uno de los más importantes de América, pasando a ser objetivo prioritario de ataques piratas. Para protegerlo se construyeron fortificaciones como el castillo San Felipe de Barajas, erigido en la cima del cerro de San Lázaro. De esta época proviene buena parte de la denominada ciudad amurallada, que ha sabido conservar su fisonomía con el paso del tiempo y donde destacan edificaciones como el convento de San Pedro Claver. A pesar de haber crecido desmesuradamente en las últimas décadas, la ciudad cartagenera mantiene un indudable encanto, que especialmente se pone de manifiesto desde las colinas que la rodean. Es de destacar también el agradable ambiente musical que se vive en la población, en cuyos locales se escuchan ritmos autóctonos entre los que sobresale el vallenato, original del también norteño departamento de La Guajira.