Samarcanda (Región de Samarcanda, Uzbekistán)
Aunque probablemente fue fundada varios siglos antes de nuestra era, y más tarde fue parada habitual de la Ruta de la Seda, la ciudad hoy uzbeca de Samarcanda alcanzó su periodo de esplendor durante el siglo XIV. Fue entonces cuando Tamerlán la eligió capital de su imperio y la reconstruyó por completo, creando nuevos e impresionantes edificios en estilo timúrida que eran inusuales en aquellas fechas. De esta época datan construcciones tan icónicas como las madrasas de Ulugbek, Sherdor y Tilya Kori, que conforman la fabulosa plaza de Registán, el mausoleo Rukhabad y la mezquita Bibi Khanum, encargada por la esposa del líder timúrida. También de entonces es Gur-e Amir, el fastuoso mausoleo que Tamerlán encargó para dar sepultura a su nieto Muhammad y donde actualmente descansan sus restos. Ya fuera de la ciudad vieja se hallan otras interesantes edificaciones, entre las que destacan la necrópolis Shah-i-Zinda, el observatorio de Ulugbek y la tumba del profeta Daniel, situada en Afrosiab, la zona más antigua de la ciudad. Con una población estimada de medio millón de habitantes en la actualidad, Samarcanda es la segunda ciudad de Uzbekistán tanto por actividad económica como por número de habitantes.