De fundación templaria, el castillo de Peñíscola fue construido por miembros de esa orden militar a finales del siglo XIII. Probablemente, fue erigido sobre una antigua fortaleza que los musulmanes habían edificado en este lugar con anterioridad. Su propietario más ilustre fue, sin duda, Pedro Martínez de Luna, nombrado Papa en Aviñón a finales del siglo XIV como Benedicto XIII. Tras serle retirado el apoyo, además de intentado obligarle a renunciar al papado, el conocido como Papa Luna se hizo fuerte en el castillo, donde había establecido su sede pontificia, y allí resistió a las presiones hasta su fallecimiento unos años más tarde. Su tenacidad en el intento de continuar en el cargo dio lugar al parecer a la expresión mantenerse en sus trece, que ha venido usándose hasta la actualidad para referirse a las personas pertinaces y obstinadas.