Construido aprovechando el desnivel ofrecido por una ladera del denominado Alto de Castro, el teatro romano de Clunia Sulpicia era casi con toda seguridad uno de los mayores existentes en la Península Ibérica en la época. Fue excavado directamente en la roca por orden de Tiberio, fundador de Clunia, y tenía una capacidad aproximada de diez mil espectadores. Posiblemente jugó un papel preponderante en el año 68, cuando Servio Sulpicio Galba se proclamó emperador en este lugar, que desde entonces pasó a llamarse Clunia Sulpicia en su honor. Tras un largo periodo en el olvido, ha sido adecuadamente recuperado ya en pleno siglo XXI y ofrece espectaculares imágenes al visitante.