Concebida como residencia vacacional para un adinerado personaje en la villa cántabra de Comillas, Villa Quijano es uno de los mejores ejemplos del genio creativo de Antoni Gaudí fuera de Cataluña. Más conocida como El Capricho, en el sentido arquitectónico del término, las obras fueron dirigidas por uno de sus discípulos entre 1883 y 1885. En su diseño se repiten numerosos temas, imágenes y materiales que caracterizan al genial arquitecto catalán. También se inspira en el arte oriental, con guiños a la arquitectura mudéjar y nazarí. Abandonado a mediados del siglo XX, fue reconvertido en restaurante más adelante, para acabar sirviendo como museo ya en pleno siglo XXI.