Amman (Gobernación de Amman, Jordania)
Crédito: Lawrence Murray
Prácticamente el cuarenta por ciento de la población jordana tiene fijada su residencia en Amman, la capital del país. Sus orígenes se remontan a diversos asentamientos neolíticos en la zona, aunque la localidad como tal empezó a constituirse durante la Edad del Bronce. De esa época se han encontrado diferentes restos en la colina Jabal al-Qala’a, donde más adelante fueron surgiendo construcciones romanas, bizantinas y omeyas. Entre ellas destacan un templo dedicado a Hércules y los restos de una iglesia bizantina, ubicados en el área actualmente denominada Ciudadela. Entonces la población era conocida como Rabbath ‘Ammôn, que significa capital del reino de Ammon, y sus habitantes eran miembros de la tribu de los amonitas. Más adelante fue conquistada por el rey David, con lo que pasó a manos israelitas. Posteriormente se convirtió en posesión asiria, persa, griega, romana y nabatea. En el siglo III a.C. fue bautizada como Filadelfia, es decir amor fraternal, y su nombre actual le fue asignado hacia el siglo IV por los Beni Gassan, dinastía árabe aliada del Imperio bizantino que practicaba la religión cristiana. Hacia mediados del siglo VII los omeyas se establecieron en este lugar y la ciudadanía se convirtió en musulmana a continuación. Sus puntos de interés más sobresalientes son el teatro romano y la mezquita del rey Abdullah I. Hoy día, Amman es una ciudad moderna cuya población ha crecido de forma exponencial desde mediados del siglo XX, llegando a superar los cuatro millones de habitantes en la actualidad.