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Bailes tradicionales característicos de diversas zonas de Rumanía, las denominadas danzas de muchachos se interpretan en ocasiones solemnes, como lo pueden ser bodas, aniversarios, recepciones y otras festividades. Sus ejecutores son hombres de cualquier edad, desde niños a ancianos, y suelen contar con dos líderes, uno de los cuales se encarga de entrenar a los miembros del grupo y el otro de dirigir la danza en sí. Son practicadas tanto en poblaciones de mayoría étnica rumana como en las que predominan los húngaros o los romaníes y existen numerosas variantes que dependen de la comunidad que se considere. Los bailes suelen ir acompañados por el sonido de instrumentos como el violín, el violonchelo o el acordeón y contribuyen a facilitar el diálogo intercultural entre diferentes colectividades. Las danzas de muchachos permiten a sus practicantes reforzar los vínculos con el resto de componentes del grupo así como alcanzar un estatus social más elevado dentro de la comunidad donde habitan.