El caravasar persa (por Jorge Sánchez)
La ciudad de Shushtar fue un chollo para mí, pues en cuatro días que allí me alojé visitaría por sus alrededores 5 patrimonios mundiales de UNESCO:
– Sistema hidráulico histórico de Shushtar
– Tchogha Zanbil
– Susa
– El caravasar persa
– Ferrocarril transiraní
Tanto en Irán como en Turquía y países de Asia Central todavía existen los caravasares, tipo fondas, que eran muy frecuentados en el pasado por peregrinos, viajeros y mercaderes de la antigua Ruta de la Seda. Muchos han desaparecido y otros se han convertido en bazares, en hoteles, en cafeterías, e incluso en gasolineras.
Varios de los hoteles donde me alojé en Irán durante ése, mi tercer viaje al país, eran antiguos caravasares (por ejemplo el de Yazd, el de Bam y el de Shushtar), pero ninguno está incluido en la lista de los 54 caravasares iraníes que UNESCO designó como patrimonio mundial en el año 2023.
Fue al regreso de una de mis excursiones diarias con base en Shushtar que visité por casualidad uno de los 54 caravasares oficiales de UNESCO. En la entrada leí en caracteres latinos: AFZAL Caravan-serai, y debajo estaba escrito lo mismo en farsi. Iba buscando un restaurante para comer y supuse que en ese caravasar lo encontraría. Y así fue. Cuando unos nativos adivinaron que deseaba comer, me invitaron a unirme a ellos en su mesa para degustar arroz con cordero y especias. Brindamos por la nueva amistad con una bebida persa a base de yogurt, llamada doogh.
Ese caravasar era grande, con una superficie de alrededor de 1000 metros cuadrados. Según un letrero fue erigido durante la dinastía Kayar, entre los años 1785 y 1925. Constaba de 3 plantas y en ellas observé diversas tiendas donde se ofrecían a la venta tinajas gigantes, telas y vestidos, pinturas, recuerdos, té, pan, bollos de nata, etc. Me gustó su arquitectura con pilares y barandillas.
Al día siguiente me desplazaría a la vecina Andimeshk para abordar un tren hasta la sagrada Qom, la ciudad de los ayatolás, donde pasaría dos días con sus noches.