20 lugares bíblicos de marcado acento místico
Alabada y denostada a partes iguales, la Biblia es el libro más leído en todo el mundo con mucha diferencia. También es el más editado, el más traducido y el que mayor influencia ha alcanzado sobre el conjunto de los seres humanos. Se calcula que se han vendido unos cinco mil millones de copias de este conjunto de textos, a un ritmo de unos cien millones en los últimos años, y que ha sido traducido en su totalidad o parcialmente a unos tres mil idiomas diferentes. Un ejemplar impreso por el propio Gutenberg en el siglo XV fue el segundo producido mediante esta técnica, tras el denominado Misal de Constanza.
Lo que conocemos como Biblia o Sagradas Escrituras es una recopilación de textos, escritos en idiomas como el hebreo, el griego o el arameo, que conformaron primeramente el Antiguo Testamento, donde se recogen episodios anteriores a la vida de Jesucristo. Más adelante se les añadieron los Evangelios, narraciones hechas por cuatro apóstoles que forman el núcleo fundamental del Nuevo Testamento y relatan la vida de quien, para los cristianos, es el Hijo de Dios. Para los practicantes de este credo, estos escritos resultan tan trascendentes que son considerados la doctrina que sustenta sus creencias.
¿Realidad o ficción? Sin ser teólogo ni estudioso del tema, creo que resulta difícil, si no imposible, discernir donde acaba una y empieza la otra. Sin embargo, considero que lo de menos es que los numerosos episodios relatados en esta obra magistral se ajusten o no a la realidad. Lo verdaderamente importante es el mensaje transmitido. Que, a pesar de los más de dos mil años transcurridos y los múltiples intentos de desvirtuarlo e intentar acabar con él, sigue más vigente que nunca. Porque, a pesar de todos los pesares, la paz, el amor y la solidaridad siempre acabarán imponiéndose a la guerra, el odio y la división.
Sin más preámbulos, os dejamos una veintena de lugares mencionados en las Sagradas Escrituras que, tras visitarlos, nos reafirmaron en la idea de que la confraternidad es el único camino. Feliz Navidad.
Monte Ararat (Turquía): Según el Génesis, uno de los textos que componen el Antiguo Testamento, fue en el Monte Ararat donde se posó el Arca de Noé cuando llegó la calma tras el Diluvio Universal. Aunque no existen pruebas concluyentes de que así ocurriera, sí que se han encontrado diversos indicios que podrían confirmar esta teoría. Que resulta muy difícil de probar debido al material perecedero, la madera, con el que supuestamente estaba construido el recipiente.
Monte Moriá (Palestina): También de acuerdo con el Génesis el Monte Moriá fue el lugar donde Abraham amenazó con sacrificar a su querido hijo Isaac, cuando un ángel sujetó su brazo y lo detuvo. La tradición judía identifica este lugar con el denominado Monte del Templo, que los musulmanes conocen como Explanada de las Mezquitas. Debido a ello, se trata de un punto caliente, uno de los lugares más disputados del mundo en la actualidad.
Muro de las Lamentaciones (Palestina): Muy cerca de allí se halla el conocido como Muro de las Lamentaciones, lugar más sagrado para el judaísmo. Su denominación proviene de los lamentos que los fieles judíos expresan junto a él por la destrucción del segundo templo de Jerusalén, del cual afirman que era uno de sus muros, y la subsiguiente dispersión del pueblo hebreo.
Monte Nebo (Jordania): En el texto conocido como Deuteronomio, que forma parte del Antiguo Testamento, se relata como Moisés subió a una montaña y desde allí vio la Tierra Prometida, a la que Yahvé no le permitió acceder. Poco después falleció y fue enterrado en ese mismo lugar. El cerro en cuestión se identifica con el denominado Monte Nebo, que actualmente se encuentra en tierras jordanas.
Mar Muerto (Israel / Jordania / Palestina): Otro texto incluido en el Antiguo Testamento es el Libro de los Números. En uno de sus pasajes Yahvé le describe a Moisés la Tierra de Canaán o Tierra Prometida y sitúa uno de sus límites en el Mar Salado. Ese lago es actualmente conocido como Mar Muerto y en su orilla se encontraban también poblaciones míticas como Sodoma y Gomorra.
Damasco (Siria): La actual capital siria es frecuentemente mencionada en textos del Antiguo Testamento, como el Génesis, el Deuteronomio o el Libro de los Reyes, y del Nuevo Testamento, como los Hechos de los Apóstoles o las Epístolas a los Corintios. El rey David gobernó la ciudad durante un tiempo y de allí era la esposa de Isaac. Jacob también trabajó en ella durante siete años. Saulo se convirtió al cristianismo tras una caída del caballo camino de Damasco, pasando a llamarse Pablo. Y en esa población fue encerrado por los judíos, huyendo en el lugar donde hoy día se encuentra la denominada Capilla de San Pablo.
Basílica de la Anunciación (Israel): Lucas narra en su Evangelio como Dios envió al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret para comunicarle a María que daría a luz un hijo al que debía llamar Jesús. De acuerdo con la tradición cristiana, este episodio ocurrió en una gruta que se conserva en el interior de la basílica de la Anunciación, cuya versión actual data de hace aproximadamente medio siglo.
Iglesia de la Natividad (Palestina): Otra gruta, situada en esta ocasión en la localidad ahora palestina de Belén, sirvió para acoger el nacimiento de Jesús de Nazaret. Así lo narran en sus Evangelios los apóstoles Lucas y Mateo, aunque es dudoso que su venida al mundo ocurriera en la fecha que justamente conmemoramos hoy. Sobre la cueva se construyó un templo ya en el siglo IV, aunque la versión actual es de mediados del siglo VI.
Betania (Jordania / Palestina): Después de un periodo de casi tres décadas en el que no se tienen datos sobre su vida, Jesús de Nazaret reaparece junto al río Jordán, adonde llega procedente de Galilea. Allí es bautizado por su primo Juan, desde entonces conocido como El Bautista. Los cuatro evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, relatan el episodio presuntamente acaecido en un punto donde el río marca la frontera entre Palestina y Jordania. A este lugar se le denomina Betania, aunque los árabes se refieren a él como al-Maghtas o Qasr el-Yahud.
Iglesia Sinagoga (Israel): Tras su bautismo, Jesús de Nazaret emprende una actividad frenética con el fin de dar a conocer su mensaje. Primero en Galilea, de donde se consideraba originario a pesar de haber nacido en Judea. Como narran los evangelistas Mateo, Marcos y Lucas, pronunció un sermón en la sinagoga de Nazaret, donde había estudiado y rezado con anterioridad. En él se declaró como Mesías, algo que no gustó a los asistentes, que intentaron prenderlo sin resultado. Sobre esa sinagoga los cruzados construyeron un templo en el siglo XII, que sirve como cripta de la iglesia actual.
Cafarnaúm (Israel): Los cuatro evangelistas mencionan en diversas ocasiones la ciudad de Cafarnaúm, población natal de uno de ellos, Mateo. Allí, Jesús de Nazaret curó a un paralítico y al criado de un centurión romano. También habló en la sinagoga un sábado, día de descanso para el pueblo judío. Esta sinagoga fue posiblemente la misma que describió la viajera Egeria y fue destruida por los árabes en el siglo VII. Actualmente pueden verse sus ruinas en este lugar.
Iglesia de la Multiplicación (Israel): El lugar conocido como Tabgha se encuentra situado en la orilla noroeste del Mar de Galilea. Allí supuestamente ocurrió el episodio de la multiplicación de los panes y los peces, narrado también por los cuatro evangelistas. De acuerdo con lo relatado, Jesús de Nazaret alimentó a cinco mil personas con cinco hogazas de pan y cinco peces. La denominada Iglesia de la Multiplicación fue edificada allí a finales del siglo XX, sobre un templo bizantino del siglo V.
Iglesia del Primado de Pedro (Israel): A escasa distancia de ese templo se halla una pequeña capilla franciscana a la que se conoce como Iglesia del Primado de Pedro. En ella se cobija una roca sobre la que Jesús de Nazaret preparó un desayuno para sus apóstoles, confirmando a Simón Pedro en el liderazgo de su Iglesia. Así al menos lo narra Juan en su Evangelio.
Mar de Galilea (Israel): Este lago de agua dulce aparece mencionado en diversas ocasiones en las Sagradas Escrituras. Mateo relata como Jesús de Nazaret calmó una tormenta que tenía atemorizados a algunos discípulos con los que se encontraba a bordo de una barca. Por su parte, Juan narra la manera en que Jesús de Nazaret caminó sobre sus aguas, acercándose de esta forma hasta la embarcación donde faenaban varios de sus seguidores.
Sicomoro de Zaqueo (Palestina): Jesús de Nazaret no solo se movió por Galilea en esos tres años durante los cuales su actividad fue frenética. También lo hizo por Judea y uno de los lugares por los que apareció de forma más recurrente fue la ciudad de Jericó. Según nos cuenta Lucas, durante una de sus visitas un recaudador de impuestos de nombre Zaqueo trepó a un árbol, todavía en excelentes condiciones, para poder verlo mejor.
Monasterio de la Tentación (Palestina): A las afueras de Jericó se encuentra un monasterio ortodoxo griego situado en el lugar donde se asegura que Jesús de Nazaret estuvo durante cuarenta días y sus correspondientes noches ayunando en el desierto. El sitio en el que llevó a cabo esta penitencia se sitúa en mitad de un acantilado rocoso, donde existe un cenobio desde tiempo atrás. Mateo nos lo narra en su Evangelio.
Monte de los Olivos (Palestina): Cuando Jesús de Nazaret supo que había llegado su hora, visitó en diversas ocasiones el llamado Monte de los Olivos. En esa colina cercana a Jerusalén se dedicaba a orar y allí repartía enseñanzas entre sus discípulos, como nos cuentan Mateo, Lucas y Juan. También fue allí traicionado y arrestado por los romanos. Actualmente, tres iglesias, las de Getsemaní, Pater Noster y Dominus Flevit existen en este lugar.
Iglesia del Santo Sepulcro (Palestina): Se conoce como Gólgota, palabra que en arameo significa calavera, al lugar donde se produjo la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Según los cuatro evangelistas, ello sucedió en el denominado Monte Calvario, hoy día situado en la parte vieja de la ciudad de Jerusalén. Allí fue erigida en el siglo IV la iglesia del Santo Sepulcro, más tarde destruida y reconstruida de nuevo en el siglo XI. En su interior se guardan los dos sitios más sagrados del cristianismo: el sitio donde Jesús de Nazaret fue crucificado y la tumba vacía donde fue enterrado y posteriormente resucitó.
Canal de Corinto (Grecia): Tras la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, diversos discípulos suyos intentaron dar visibilidad a su legado. Uno de quienes más lucharon por ello fue Pablo de Tarso, quien divulgó su palabra en diversos lugares. Situada junto al canal homónimo, la ciudad de Corinto era conocida por la inmoralidad de sus habitantes. Devotos de Afrodita, su templo tenía más de un millar de hierodouloi, especie de sacerdotisas famosas por su vida libertina. Según se narra en los Hechos de los Apóstoles, Pablo visitó Corinto al menos un par de ocasiones intentando transmitir el mensaje cristiano.
Éfeso (Turquía): Pablo de Tarso vivió durante más de dos años en Éfeso, desde donde predicó para sus habitantes y los de las poblaciones vecinas. El apóstol y evangelista Juan también residió en esta población, según se comenta en los Hechos de los Apóstoles. Allí se encontraba el famoso Templo de Artemisa y Pablo era considerado una amenaza para él, así que los ciudadanos locales se concentraron en el teatro para exigir su marcha. A pesar de encontrar una fuerte oposición y ser incluso perseguido, el de Tarso consiguió extender la palabra del nazareno no solo entre los efesios, sino en buena parte de Asia. El cristianismo había llegado para quedarse.