17 castillos que te causarán admiración
Tras visitar a lo largo de mi vida viajera un número considerable de castillos, todavía tengo ciertas dudas metafísicas sobre lo que se esconde tras dicha denominación. Existen en castellano multitud de términos más o menos sinónimos, tales como alcázar, fortaleza, torre, fortificación, recinto amurallado, fuerte, ciudadela, alcazaba, incluso palacio en algunos casos, con lo que cuando el gran Jordi Martínez Baylach y yo quedamos en compartir un nuevo reto sobre este tipo de edificaciones fue difícil decidir cuáles deberían ser incluidas y cuáles no.
Desconozco la razón por la cual siempre me he sentido atraído por este tipo de construcciones fortificadas, pero el hecho es que les he seguido la pista hasta lugares muy diversos. Con el paso de los siglos, la inmensa mayoría de ellas ha perdido su razón de ser inicial, fundamentalmente la de proteger los privilegios de las familias que en ellas habitaban, para llegar a convertirse en elementos fundamentales del patrimonio artístico a nivel mundial. Como siempre, elegir tan solo unas pocas de ellas ha resultado una tarea ardua, especialmente cuando he tratado de diversificar convenientemente mis lugares elegidos entre el máximo número de países posible.
Sin más preámbulos, aquí tenéis mis castillos elegidos entre los que, como siempre, no están todos los que son pero creo que sí son todos los que están. Y vosotros, ¿cuáles son vuestros castillos favoritos?
Castello Scaligero (Sirmione, Italia): Construido a finales del siglo XIII, el castillo de Sirmione está situado en una posición estratégica a la entrada de una península del lago Grada. Se trata de una fortificación típicamente gibelina, rodeada por un foso y accesible únicamente a través de un par de puentes levadizos. No está claro quien ordenó su edificación, aunque es posible que fuera un encargo del condottiero Mastino I della Scala.
Castillo de Biblos (Gobernación de Monte Líbano, Líbano): Obra de los cruzados en el siglo XII, el castillo de Biblos fue edificado a mediados del siglo XII. Conquistado por Saladino unas décadas después, fue reconquistado de nuevo por tropas cristianas, tras lo cual sufrió una remodelación. Construido a partir de restos fenicios y romanos, su finalidad era proteger uno de los puertos más importantes del reino cruzado de Jerusalén.
Castillo de Praga (Praga, República Checa): Datado en el siglo IX, el castillo de Praga es a la vez el más antiguo de Europa y el más grande del mundo. Al menos así lo asegura el Libro Guinness de los Récords, que le otorga una superficie de más de setenta mil metros cuadrados. Construido inicialmente como residencia de los reyes de Bohemia, más tarde del emperador del Sacro Imperio y en los últimos tiempos del presidente de Checoslovaquia y luego de la República Checa, alberga la catedral local a la vez que diversos museos.
El Castillo (Estado de Quintana Roo, México): Aunque no se conoce la finalidad exacta de la construcción de Tulum conocida como el castillo, es probable que fuera parecida a la de las edificaciones similares de la época en Europa. Posiblemente su edificación se realizase en el siglo XIII, y a sus funciones defensivas sumara la de servir como faro o guía para las embarcaciones mayas que intentaban sortear el arrecife coralino próximo a la costa en este lugar.
Castillo Condal (Carcassonne, Francia): Además de su impresionante ciudadela amurallada, la villa gala de Carcassonne contiene también un interesante castillo. Edificado a comienzos del siglo XII sobre lo que fue una construcción romana de comienzos de milenio, su función principal fue la de servir de cobijo a los vizcondes de la localidad. Rodeado de murallas al comienzo, durante el siglo XIII quedó definitivamente integrado en la ciudadela medieval.
Castillo de Predjama (Región de Litoral-Carniola Interior, Eslovenia): Situado en el mismo borde de un precipicio de más de cien metros de caída y protegido por la boca de una cueva, el castillo de Predjama es uno de los más inexpugnables que han llegado hasta nuestros días. Aunque su versión actual fue construida en el siglo XVI, ya existía una edificación similar en este lugar en el siglo XIII. Inserto en un entorno kárstico, sobre este lugar circulan numerosas leyendas que, junto a su excepcional emplazamiento, convierten su visita en imprescindible.
Fortaleza de Khotyn (Provincia de Chernivtsi, Ucrania): Creada en el siglo X para proteger una de las orillas del río Dniester, la fortificación de Khotyn es una de esas construcciones a las que no se sabe demasiado bien que calificativo aplicar. A lo largo de los siglos este lugar fue cambiando de manos en diferentes ocasiones, aunque su aspecto actual posiblemente le fue dado por el soberano moldavo Ştefan cel Mare, que lo agrandó considerablemente y le proporcionó sus potentes muros de unos cuarenta metros de alto y casi seis de ancho.
Castillo de Edimburgo (Edimburgo, Reino Unido): De entre los numerosos castillos que existen en el Reino Unido, el de Edimburgo es uno de los más icónicos tanto por su historia como por su significado para el pueblo escocés. Está situado sobre una roca volcánica, donde existen evidencias de asentamientos humanos desde la Prehistoria, aunque su edificación inicial como castillo real tuvo lugar en el siglo XII. Guarda numerosos símbolos, entre los que destacan las joyas de la Corona escocesa y la Piedra del Destino.
Castillo de los Condes (Gante, Bélgica): Probablemente la más peculiar entre las fortificaciones de Flandes, el castillo de los Condes de Gante fue construido a finales del siglo XII en la homónima ciudad flamenca. Desde su abandono por sus propietarios en el siglo XIV, el castillo fue usado como juzgado y como prisión hasta quedar completamente en estado de abandono. Fue adquirido por la villa donde se encuentra situado en el siglo XIX y hoy sirve como museo.
Palácio da Pena (Sintra, Portugal): Auténtica mezcla de estilos que lo convierten en una de las construcciones románticas más interesantes a nivel mundial, el Palácio da Pena parece producto de un sueño de sus autores. Encargo de los reyes de Portugal en la primera mitad del siglo XIX, está rodeado de murallas exteriores que dan paso a su exótico interior a través de dos puertas, una de ellas provistas de un puente levadizo.
Ōsaka-jō (Osaka, Japón): A pesar de que lo que vemos en la actualidad es producto de una remodelación casi total tras ser destruido por completo durante la Segunda Guerra Mundial, el castillo de Osaka es uno de los más conocidos y simbólicos de Japón. Ōsaka-jō fue inicialmente construido en la segunda mitad del siglo XVI por encargo del daimyō Toyotomi Hideyoshi y sufrió numerosas vicisitudes hasta que fue restaurado a finales del siglo XX.
Castillo de Coca (Coca, España): Edificado durante el siglo XV por encargo del arzobispo Alonso de Fonseca, el castillo de Coca pasó tiempo más tarde a manos de la Casa de Alba, que sigue siendo su propietaria en la actualidad. Obra de alarifes sevillanos, el material usado para su construcción fue principalmente un tipo de ladrillo de color rosáceo que le proporcionó su característica imagen actual. Aparte de ser una de las mejores muestras del arte mudéjar, se trata de uno de los pocos castillos españoles construidos sobre un llano.
Castillo de Kronborg (Región de Hovedstaden, Dinamarca): Famoso por ser elegido por William Shakespeare como escenario de una de sus mejores obras, el castillo de Kronborg está situado en las inmediaciones de la ciudad danesa de Helsingør. Es uno de los castillos renacentistas más importantes de Europa y fue construido a comienzos del siglo XV para proteger la entrada del Øresund de las embarcaciones llegadas desde el Báltico y viceversa, además de servir como residencia real.
Fortaleza de Hwaseong (Suwon, Corea del Sur): La finalidad principal para la que se construyó la fortaleza de Hwaseong fue la de albergar los restos mortales del príncipe Sado, ejecutado a finales del siglo XVIII. Su hijo, el rey Jeong-jo, fue quien la encargó y en su interior mandó edificar además un palacio denominado Haenggung, que le servía de alojamiento cuando estaba en el lugar honrando a su funesto progenitor.
Peleș (Distrito de Prahova, Rumanía): De estilo neorrenacentista, el castillo Peleş está situado en las estribaciones de los Cárpatos, junto a la actual villa rumana de Sinaia. Fue mandado construir como palacio de verano por el rey Carol I y su inauguración oficial tuvo lugar en 1883. Tras sobrevivir al régimen comunista que asoló el país durante más de cuarenta años, en la actualidad funciona como museo.
Château Saint-Maire (Lausana, Suiza): Encargado por el obispado de Lausana durante el siglo XIV, Château Saint-Maire sirvió como residencia del obispo hasta el siglo XVI, cuando fue secularizado y pasó a ser jurisdicción de un bailío. Desde la constitución del cantón de Vaud a comienzos del siglo XIX ha servido ininterrumpidamente como sede del gobierno cantonal.
Neuschwanstein (Estado de Baviera, Alemania): Producto de la imaginación del genial Luis II de Baviera, el castillo de Neuschwanstein nunca llegó a ser visto terminado por los ojos de su creador. Su intención no era situar allí la corte, sino convertir este lugar en un escenario de ensueño dedicado a sí mismo y su amigo el compositor Richard Wagner. Tras la muerte del monarca en 1886, el castillo fue abierto al público y la recaudación obtenida en unos años permitió pagar las enormes deudas generadas por su financiación.
Podéis ver los diecisiete castillos elegidos por Jordi aquí.
Genial selección! es difícil definir castillo, como bien dices son muchos los tipos de edificaciones a los que se le da la misma nomenclatura por el hecho de estar fortificados. Tenemos la suerte de poder ver castillos por todo el mundo, pero algunos están realmente ruinosos, una pena la dejadez y el poco interés en muchos casos por este tipo de fortificaciones, hecho muy grave si tenemos en cuenta la entidad de los mismos y que normalmente son iconos del sitio donde se encuentran. Mi castillo favorito, no por entidad, sino por razones sentimentales, es el Castillo de Fatetar en Espera, Cádiz, donde he pasado dos largos años desescombrando y retirando toneladas de cemento Portland usado en «restauraciones» realizadas sin control durante mucho tiempo. Un saludo y felicidades por la entrada, he visto «castillos» y me he venido rápidamente 🙂
Si a una experta como tú le resulta difícil definirlo, imagina a un aficionado como yo. De hecho, algunos de la lista pienso que no son castillos, al menos en el sentido español del término, pero me decidí a incluirlos porque en sus países los llaman así. Por ejemplo, a Peleș en rumano le llaman castelul, al igual que hacen con el de Bran, más parecido a lo que entendemos nosotros como tal.
He buscado el castillo de Fatetar en la red y parece que tiene una pinta excelente, a ver si algún día me escapo por allí.
Un abrazo y muchas gracias por tu aportación.
Muy bueno el post, tanto el tuyo como el de Jordi, en que habéis tocado una de mis debilidades. De tu lista conozco una minoría, 6 concretamente, y posiblemente me quedo con el de Predjama, por su ubicación increíble aprovechando la roca de la montaña. Saludos
El castillo de Predjama es seguramente el más curioso que he visto en mi vida. Fue gracias a la casualidad, cuando decidimos visitar por segunda vez la cueva de Postojna y nos acercamos hasta allí, aunque no me esperaba lo que iba a encontrar. Si puedes ir a ver algún otro de la lista algún día, creo que no te decepcionarían. Si lo haces, pregunta lo que quieras, por supuesto.
Muchas gracias por tu comentario.
Muy buena selección he tomado nota de varios para visitar. En cuanto a Japón, el de Osaka, me gusto, pero me quedaría con el de Matsumoto, o incluso el de Hikone, menos conocido y que poca gente visita.
Salu2
No pude ver ni el de Matsumoto, ni el de Hikone, tampoco el de Himeji, cuando estuve en Japón. Probablemente estos tres sean más interesantes que el de Osaka, prácticamente restaurado en su totalidad, aunque éste tiene una larga historia y resulta muy atractivo incluso para los propios locales. A mí me gustó bastante, y las vistas de la ciudad desde la parte de arriba son excelentes.
Muchas gracias por tu aportación.
Menudo recorrido a través de los castillos!! Me ha encantado. Cuanto me queda por conocer
Poco a poco seguro que llegas a conocer muchas más cosas de las que esperas. Al menos eso es lo que me ocurrió a mí, si me dicen hace unos años que iba a viajar tanto no lo hubiese creído. Cuando te decidas a ir a ver algunos de estos castillos, no dudes en preguntar lo que quieras.
Muchas gracias por tu aportación.