Nuevo año y nuevo mano a mano con el gran viajero y bloguero de viajes Jordi Martínez Baylach. Con el fin de completar las quince ciudades favoritas de Europa Occidental en esta ocasión deberíamos hacer lo propio con las poblaciones situadas en el este de Europa. Teniendo en cuenta como en el caso anterior que no deberían ser capitales de sus países respectivos.

Al igual que en la entrada precedente, me ha resultado bastante difícil elegir tan solo quince poblaciones entre las europeas orientales. En primer lugar porque en la mayoría de estos países el concepto de ciudad es aún más difuso que en Europa Occidental, y suele aplicarse a localidades incluso de pocos miles de habitantes. Por ello en la lista aparecen algunas que al oeste del continente serían consideradas pueblos incluso pequeños. También influye el hecho de que, aunque mi experiencia en esta zona de Europa no es tanta como en la anterior, algunos de estos países los conozco bastante en profundidad y podría incluir varios de sus elementos en la lista. Para evitar repetirme, me puse también la condición de que estuvieran representadas al menos una decena de naciones diferentes, con no más de dos poblaciones por país. Por último, el patrimonio en Europa del Este es también muy importante, por lo que me ha costado descartar algunas de ellas.

Debo admitir que en este reto he hecho una pequeña trampa, puesto que geográficamente Sheki y Pafos no pertenecen a Europa y Estambul tan solo lo hace en parte. Pero las tres sí que pueden ser encuadradas cultural e históricamente dentro del continente europeo. Sin más preámbulos, vamos con nuestras quince poblaciones no capitales favoritas en Europa Oriental. ¿Cuáles son las vuestras?

Dubrovnik (Croacia): Entre las poblaciones amuralladas existentes en la costa adriática, Dubrovnik es la más representativa y una de las que se han conservado en mejores condiciones. Mantiene numerosas trazas de una larga Historia en su famoso casco antiguo y ofrece al visitante numerosos ejemplos de una destacable arquitectura tanto civil como religiosa.

Sibiu (Rumanía): Quizás menos conocida y valorada que otras ciudades transilvanas, Sibiu destaca por sus plazas y su calidad de vida, una de las mejores de Rumanía. Aunque hoy en día sus habitantes de este origen no llegan al dos por ciento de la población, su fundación fue debida a colonos sajones que se establecieron en este lugar en el siglo XII y de ahí las muestras de arquitectura germánica que pueden verse en la parte histórica de la villa.

Plovdiv (Bulgaria): Considerada una de las poblaciones de más antigüedad en Europa, Plovdiv ha estado habitada ininterrumpidamente durante los últimos seis milenios. Entre sus puntos de interés hay que mencionar diversos restos que retrotraen al pasado de la ciudad, entre ellos un interesante teatro romano. Destacan también numerosas construcciones del llamado Renacimiento búlgaro, movimiento surgido en el siglo XIX.

Ohrid (Macedonia del Norte): Población de origen ilírico, Ohrid fue posteriormente griega y romana, quedando adscrita al Imperio bizantino tras la desmembración de esta última civilización. Alcanzó su esplendor unos siglos más tarde, cuando el número de templos en la villa llegó a ser tan grande que sus habitantes afirmaban tener trescientos sesenta y cinco iglesias, una para cada día del año. Buena parte de ellas se mantienen aún en buen estado en la actualidad.

Kotor (Montenegro): Situada en un fiordo de espectacular belleza al que se ha dado en llamar el fiordo más meridional de Europa, Kotor parece tener origen romano siendo mencionada por vez primera en el siglo II a.C. Aparte de su emplazamiento, en época medieval estaba protegida por unas potentes murallas que han llegado en buen estado a nuestros días y la hacían prácticamente inexpugnable.

Sheki (Azerbaiyán): Creada por los Sakas, un pueblo de origen iranio al que debe su nombre, los orígenes de Sheki se remontan al siglo VII a.C. En la actualidad es una ciudad agradable, situada a los pies de las altas cimas del Cáucaso. Destaca por su ambiente cultural y algunas muestras de arquitectura islámica, como el palacio de los kanes de Sheki, residencia de verano de los monarcas de la ciudad.

Český Krumlov (República Checa): Ubicada en uno de los meandros del río Moldava, Český Krumlov conserva alguna de las mejores muestras de la arquitectura bohemia. Debe su origen a un castillo que empezó a ser construido en el siglo XIII y aún se conserva en buen estado en la actualidad. La población se fue desarrollando al otro lado del río y ha mantenido su estructura medieval con el paso de los siglos.

Cracovia (Polonia): Tradicionalmente considerada el corazón de Polonia, de la que fue capital durante varios siglos, Cracovia es uno de los centros culturales y artísticos del país. Destacan su castillo, localmente denominado Wawel, y su espectacular plaza del Mercado, la plaza medieval más grande de Europa y que congrega en torno a ella algunas de las construcciones más atractivas de la localidad.

San Petersburgo (Rusia): A pesar de no ser una población demasiado antigua, pues fue fundada por Pedro el Grande a comienzos del siglo XVIII, San Petersburgo puede presumir de una belleza espectacular. Capital del imperio zarista hasta su finiquito a manos bolcheviques, la lista de palacios, iglesias, museos y otras construcciones de interés que alberga la ciudad de las noches blancas es casi interminable.

Estambul (Turquía): Anteriormente denominada Bizancio, y más adelante Constantinopla, la actual Estambul ha sido la ciudad más grande y una de las más cosmopolitas de Europa a lo largo de casi toda su historia. Situada a caballo entre el continente europeo y el asiático, su patrimonio es tan vasto y atractivo que la convierte en una ciudad auténticamente única desde el punto de vista cultural.

Crédito: Sergii Gulenok

Chernivtsi (Ucrania): Una de las capitales culturales de Ucrania en la actualidad, la ciudad de Chernivtsi debe su nombre al parecer a las murallas de color oscuro que la rodeaban en la época medieval. A pesar de un agitado pasado en el que formó parte de diversas civilizaciones, la mayor parte de sus edificios ha llegado hasta nuestros días en buen estado y entre ellos destaca la antigua residencia del Metropolitano de la villa, actual sede de la Universidad.

Pafos (Chipre): Aunque la población actual no sea muy interesante desde el punto de vista arquitectónico, Pafos destaca tanto por su emplazamiento como por su larga Historia. De acuerdo con la leyenda, allí nació la diosa Afrodita y ya en el siglo XII a.C. existía un templo dedicado a su culto en este lugar. Además de numerosos restos de la civilización helenística, alberga una necrópolis del siglo IV a.C. denominada Tumbas de los Reyes.

Split (Croacia): Constituida a partir de un palacio creado por el emperador Diocleciano a finales del siglo III, Split formó parte posteriormente del Imperio bizantino para pasar más adelante a manos venecianas. Todas estas civilizaciones han dejado su huella en la ciudad, que ofrece al visitante atractivos como un mausoleo pagano convertido en catedral o una plaza situada en lo que era el salón de acceso al palacio de Diocleciano.

Veliko Trnovo (Bulgaria): De origen tracio, la localidad de Veliko Trnovo alcanzó su esplendor durante la Edad Media cuando llegó a ser capital del Segundo Reino de Bulgaria. Una invasión otomana la dejó reducida a escombros y hubo de ser reconstruida posteriormente. Ubicada en una situación privilegiada, mantiene numerosas trazas de su brillante pasado en las tres colinas sobre las que se sitúa.

Sighişoara (Rumanía): Atractiva e histórica ciudad situada en el corazón de Transilvania, Sighişoara tiene su origen en un castillo construido por los sajones a mediados del siglo XIII. Con el paso de los siglos ha sabido mantener de forma admirable su carácter medieval, y entre sus numerosas construcciones de interés destaca la magnífica Torre del Reloj, fortificación que controlaba uno de los accesos a la villa.

Podéis ver las quince ciudades elegidas por Jordi aquí.