10 cúpulas tan grandiosas como vistosas
Se conoce como cúpula a una bóveda semiesférica que cobija un espacio, generalmente circular, aunque también puede ser elíptico, cuadrado o incluso poligonal. Al menos, esto es lo que indica la teoría, que, como sucede en numerosas ocasiones, podría estar equivocada. El nacimiento de este método constructivo ocurrió ya en la antigüedad, cuando los arquitectos de entonces comenzaron a aproximar hiladas situándolas unas sobre otras, de manera que el conjunto irremediablemente se cerraba en el centro formando una bóveda esférica. Esto es lo que se ha dado en llamar falsa cúpula, a pesar de ser la solución precursora de las cúpulas verdaderas.
Tal y como las conocemos en la actualidad, las cúpulas surgieron con la invención de las dovelas, piezas que, a la manera de un puzzle, conforman un arco o una bóveda. El ingeniero que imaginó esto es desconocido, pero muy probablemente desarrolló su teoría en la época del Imperio Romano. En efecto, los griegos se limitaron a seguir utilizando falsas cúpulas para construir sus tholos y su innovación en este ámbito arquitectónico fue nula. Ya a comienzos de nuestra era surgió una edificación clave, que cambió la arquitectura conocida de una manera tal que ya nunca volvería a ser la misma. Hablamos del Panteón, o mejor dicho de su reconstrucción, más que probable obra del genial arquitecto Apolodoro de Damasco, cuya historia contamos aquí.
Tan exitosa fue la solución de Apolodoro para cubrir un espacio vacío, que se fue reproduciendo poco a poco con algunas variantes, dando lugar a las cúpulas más versátiles e innovadoras de la arquitectura. Algunas de las cuales, en paralelo con el gran viajero Jordi Martínez Baylach, os mostramos aquí en orden cronológico.
Crédito: Fczarnowski
Panteón (Roma, Italia): Considerada algo así como la madre de todas las cúpulas, la del Panteón representa a la perfección la transición entre las denominadas falsas cúpulas y las conocidas como cúpulas verdaderas. Inicialmente un templo encargado por Marco Agripa, su diseño definitivo se atribuye a Apolodoro de Damasco, quien en las primeras décadas del siglo II solucionó el problema de la cubierta de una manera tan imaginativa que nadie lo ha superado utilizando materiales tradicionales hasta la fecha.
Santa Sofía (Estambul, Turquía): De la antigua iglesia, luego mezquita y ahora museo, de Santa Sofía se afirma que cambió la historia de la arquitectura. Y no se exagera en exceso, pues fue el templo de mayor superficie del mundo durante casi un milenio. Construida en el siglo IV, su versión actual data de la primera mitad del siglo VI. Fue entonces cuando se le añadió una cúpula de casi sesenta metros de altura y unos treinta y dos metros de diámetro, dimensiones casi monstruosas en esa fecha.
Cúpula de la Roca (Jerusalén, Palestina): Seguramente la imagen más icónica de Jerusalén, la Cúpula de la Roca representa también una solución imaginativa a un problema arquitectónico. Construido a finales del siglo VII, la estructura del templo es básicamente octogonal y está rematado por una cúpula semiesférica de unos veinte metros de diámetro. A falta de pechinas, se sustenta en un tambor, soportado a su vez por una docena de columnas. El exterior es dorado y su versión actual se debe al rey Hussein de Jordania, quien a finales del siglo XX vendió una mansión en Londres para conseguir los ochenta kilogramos de oro necesarios para el rediseño.
Catedral del Salvador (Zamora, España): Tras un largo periodo de oscuridad, arquitectónicamente hablando, el occidente europeo comenzó a surgir de las tinieblas ya bien entrado el segundo milenio de nuestra era. Los últimos estertores del románico y los comienzos del gótico produjeron obras enormemente imaginativas y avanzadas a su tiempo. En cuanto a las cúpulas se refiere, surgieron algunas excepcionales, generalmente situadas sobre un cimborrio. La que durante el siglo XIII culminó el crucero de la catedral zamorana lo demuestra con creces con su evidente influencia bizantina.
Gur-e Amir (Samarcanda, Uzbekistán): No ocurría lo mismo en Oriente, donde llevaban ya varios siglos echándole imaginación al asunto. Surgió así un extraordinario mausoleo edificado en un remoto lugar que hoy día pertenece al estado de Kazajstán. Su impulsor fue el mismísimo Tamerlán, para quien a su vez fue construido otro magnífico sepulcro en los últimos años del siglo XIV y los primeros del siglo XV. Se encuentra en la ciudad uzbeca de Samarcanda y junto con el anteriormente mencionado sirvieron de inspiración a la cúpula más renombrada del mundo mundial: la que recubre el famosísimo Taj Mahal.
Catedral de Santa María del Fiore (Florencia, Italia): La llegada del Renacimiento supuso un vuelco total al estado de la cuestión artística en Europa Occidental. Especialmente en Italia, donde surgieron creadores como setas y la inspiración existente en aquellos maravillosos años tardará quizás milenios en repetirse. En Florencia trabajaba un genio, llamado Brunelleschi, que a finales del siglo XV ideó una impresionante estructura de más de cien metros de altura y más de cuarenta de diámetro. Como consiguió que el empuje horizontal fuera nulo para que su propio peso no la hiciera venirse abajo es todavía un misterio.
Basílica de San Pedro (Ciudad del Vaticano, Ciudad del Vaticano): Cerca de allí, concretamente en Roma, y no demasiado alejado en el tiempo, mediados del siglo XVI, un ya veterano arquitecto le daba vueltas a la idea de superar la grandiosidad de la cúpula florentina de Brunelleschi. Y, al menos en cuanto a medidas, lo consiguió con creces. A pesar de ser más estilizada, puesto que su diámetro es algo inferior tanto al del Panteón como al de la catedral de Santa María del Fiore, la cúpula de la basílica de San Pedro se eleva hasta unos impresionantes ciento treinta y seis metros y medio, que la convierten en la más alta del mundo aún hoy.
Catedral de San Basilio (Moscú, Rusia): Aunque el minimalismo siempre ha sido santo y seña de la arquitectura ortodoxa, también es posible encontrar algunos ejemplos de cúpulas destacadas. Más que por su grandiosidad, quizás por su cuidado y atrayente diseño, bastante evidente en las iglesias del este de Europa y de especial mención entre las rusas. El mejor ejemplo de ello se encuentra en la moscovita catedral de San Basilio, edificada a mediados del siglo XVI y cuyas nueve cúpulas bulbosas resultaron ser unas adelantadas a su tiempo y nunca han pasado de moda.
Mezquita del Shah (Isfahán, Irán): La espectacular cúpula de la mezquita del Shah fue finalizada en la primera mitad del siglo XVII y todavía hoy sigue siendo la más grandiosa de Isfahán, con sus más de cincuenta metros de altura por veinticinco de diámetro. Responde además al rasgo distintivo de la arquitectura safávida, que no era otro que el recubrimiento con azulejos no solo del interior de sus templos, sino también de su exterior. Junto a otras de su estilo, crearon un espectacular skyline en la ciudad, donde el reflejo del sol en las cúpulas servía incluso como orientación para quienes llegaban hasta este lugar.
Los Inválidos (París, Francia): A pesar de ser denominada Palacio de Los Inválidos en ocasiones, esta edificación parisina nunca fue una residencia palaciega, sino que su propósito inicial fue el de servir como hospital o residencia para los afectados por las habituales guerras de entonces. La idea se le achaca a Luis XIV, el famoso Rey Sol, y los trabajos se desarrollaron en la segunda mitad del siglo XVII. Tras diversas vicisitudes, en la actualidad sirve como mausoleo y como museo. Su cúpula se eleva hasta casi ciento diez metros y fue diseñada a mediados del siglo XIX para cobijar los restos de Napoleón. Para recubrirla se emplearon trece kilos de pan de oro, y, en la actualidad, es sin duda uno de los puntos de referencia de la capital de Francia.
Podéis ver las diez cúpulas elegidas por Jordi aquí.
Excelente relación, como no podía ser de otra forma. Esta vez hemos coincidido en 5. Y casi que diría que en 6, puesto que donde yo incluí la cúpula de la Luftallah tu incluiste la del Shah. Y ciertamente, las dos son muy parecidas. Estuve también a punto de incluir este magnífico juego de cúpulas de San Basilio, que me parece una maravilla y también la Cúpula de la Roca. No sabía que la cúpula de los Inválidos estaba recubierta de pan de oro.
Un placer, como siempre, compartir estos retos.
Pensaba que coincidiríamos en bastantes de ellas, pues casi todas están entre las cúpulas más relevantes que existen a nivel mundial. Quizás eche de menos, tanto en tu lista como en la mía, la de la londinense catedral de San Pablo, que es una impresionante obra arquitectónica. Me decidí por la cúpula de la mezquita del Shah, en lugar de la del Sheikh Loftallah, porque es algo más grande, aunque en relación con el tamaño de la mezquita, esta última es superior. Ambas son una maravilla, de todas formas. Y que decir de las de la moscovita catedral de San Basilio, encantadoras a pesar de su pequeño tamaño.
Gracias por compartir este reto que tanto me ha hecho aprender y a por el siguiente, que será el número cuarenta.
Esta vez casi supero el reto pero sabía que incluirías alguna de Irán, así me he quedado a una sin conocer. El resto espectaculares
Espero que algún día conozcas la iraní, porque te va a maravillar seguro. En cuanto a las otras, son espectaculares como bien dices.
Muchas gracias por tu comentario y un abrazo.