Si hay un elemento común a todas las poblaciones, si hay un punto de intersección entre todas las localidades independientemente de su situación en el Planeta, no cabe duda de que se encuentra en la plaza. Centro neurálgico de cualquier villa que se precie de serlo, la plaza actúa como lugar de encuentro, como amalgama que consigue el milagro de aunar tendencias diversas, de vincular ciudadanos con poco o nada en común y hasta de igualar clases sociales. Espacio público donde los haya, no existe mejor escenario para celebrar todo tipo de eventos capaces de congregar a la mayor parte de la población, que, en general, acude a ella desprovista de cualquier tipo de prejuicios.

La plaza, en fin, va a servir de escenario para el nuevo reto a compartir con mis amigos Dani y Jordi. Y lo hará en su denominación europea, dejando para un posible reto futuro el resto de las existentes a nivel mundial. A pesar de que existen diferencias evidentes debidas a su localización geográfica, a su diseño dependiendo tanto de sus creadores como de la época en la que fueron creadas e incluso de su funcionalidad, aunque muchas de ellas iniciaron su trayectoria como sitio donde se celebraba el mercado local, todas comparten esa cualidad de servir como punto de encuentro entre los ciudadanos de la que hablaba antes. O de desencuentro en algunos casos, como veremos a continuación.

A la manera habitual, he intentado diversificar al máximo no repitiendo estados en esta lista, aunque alguno de ellos lo merecería. Quizás algunos echéis de menos las plazas españolas, que en mi opinión están entre las más atractivas del mundo, pero ya mencioné algunas de ellas esta entrada y otras aparecerán en una futura lista. De todas formas, en Europa hay mucho donde elegir en lo que a este asunto respecta y espero que sean de vuestro agrado éstas que os mostramos aquí.

Grand-Place (Bruselas, Bélgica): Para muchos la plaza más bonita del mundo, la Grand-Place de Bruselas tienen méritos suficientes para ser considerada como tal. Su denominación flamenca hace referencia al mercado, evento que sin duda fue su actividad principal en aquellos tiempos del siglo XI en los que fue creada. Ha sufrido numerosas vicisitudes, pero todavía los edificios de los gremios, el Ayuntamiento y el resto de las edificaciones que la componen maravillan a todo aquel que las contempla.

Grassmarket (Edimburgo, Reino Unido): Servir como sede del mercado local también fue el propósito inicial de esta plaza, no demasiado conocida, de la capital escocesa. Está situada justo debajo del castillo de Edimburgo y rodeada en tres de sus lados por edificios históricos. En el pasado fue el lugar donde se celebraban las ejecuciones de la ciudad y actualmente existe mucha controversia por ser el sitio desde donde parten los desfiles de la Orden de Orange.

Plaza del Senado (Helsinki, Finlandia): Lugar donde se concentran buena parte de los poderes de la capital finlandesa, la plaza del Senado ofrece al visitante varias obras del genial arquitecto Carl Ludwig Engel. Destaca la fantástica catedral, curiosamente dedicada en la época de su construcción al zar Nicolás I de Rusia. En sus alrededores se sitúan algunas construcciones emblemáticas, como el palacio de Gobierno, la sede principal de la Universidad y el edificio más antiguo de la ciudad.

Place des Terreaux (Lyon, Francia): Situada en la península que forman los ríos Ródano y Saona en la ciudad de Lyon, la construcción de la denominada place des Terreaux se remonta a comienzos del siglo XVII. Poco después se edificó en este lugar el Ayuntamiento de la ciudad y se reconstruyó la abadía de Saint-Pierre, actualmente Museo de Bellas Artes local. Posteriormente fue sitio de ejecuciones durante la Revolución Francesa y a finales del siglo XIX se instaló allí una fantástica escultura alegórica del río Garona, inicialmente situada en la ciudad de Burdeos.

Plaza de la Ciudad Vieja (Praga, República Checa): Honestamente, si tuviera que decantarme tan solo por una entre los cientos de plazas maravillosas que existen en Europa me quedaría con ésta. Centro neurálgico de la maravillosa ciudad de Praga, está rodeada por edificaciones que van del gótico al barroco, superando cada una a la anterior. Destacan la excepcional iglesia de Nuestra Señora enfrente del Týn, obra del siglo XIII donde está enterrado el astrónomo Tycho Brahe, y el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, con su increíble Reloj Astronómico.

Plaza del Mercado (Varsovia, Polonia): Sufrida plaza a imagen y semejanza del pueblo polaco, Rynek Starego Miasta fue destruida por completo por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente reconstruida, su aspecto actual no difiere en demasía del que debió tener siglos atrás. Como su nombre indica, fue construida como sede del mercado local a finales del siglo XIII y su fisonomía actual se corresponde con la que tenía en el siglo XVII.

Campo de’ Fiori (Roma, Italia): Entre la retahíla de plazas maravillosas de las que presume la ciudad romana resulta realmente difícil quedarse con una sola, pero mi favorita es la denominada Campo de’ Fiori. A pesar de encontrarse en pleno casco histórico de la ciudad, suele pasar desapercibida para muchos visitantes, más enfocados en la tarea de descubrir otras Romas más monumentales. Sus orígenes se remontan al siglo XV, cuando era sede de un mercado de caballos, sustituido desde hace unos ciento cincuenta años por otro de frutas y verduras. A destacar la estatua de Giordano Bruno, filósofo quemado vivo por hereje en este lugar.

Plaza Roja (Moscú, Rusia): Una de las más renombradas y extensas plazas del mundo, la Plaza Roja moscovita existe como tal desde mediados del siglo XVII. Al contrario de lo que suele pensarse, su denominación no tiene nada que ver con el color bermejo de algunas de sus edificaciones, ni fue propuesta por los soviets, sino que deriva del término ruso krásnaya, que en la actualidad refiere a ese color pero en el pasado apuntaba al atractivo de este lugar. Entre las edificaciones que la rodean destaca la famosa catedral de San Basilio, auténtico símbolo de la arquitectura rusa.

Plaza de María Teresa (Viena, Austria): Diseñada a finales del siglo XIX como nexo de unión entre dos edificaciones prácticamente idénticas, la plaza de María Teresa debe su nombre a la emperatriz homónima, de la que existe una estatua en el centro. Está situada a la altura de lo que era el anillo de circunvalación de la capital austriaca, hoy parte integrante del centro histórico de la misma. Enfrentados en ambos extremos se sitúan el Museo de Historia Natural y el Museo de Historia del Arte, dos de los museos más interesantes de la ciudad.

Plaza de Sultanahmet (Estambul, Turquía): Localizada en el extremo sudeste del continente europeo, la plaza de Sultanahmet se encuentra en el mismo lugar donde a comienzos del siglo III se construyó el circo romano de la entonces denominada Bizancio. Reconstruido un siglo más tarde en la ya conocida como Constantinopla, se estima que este hipódromo tenía unas dimensiones considerables y podía albergar unos cien mil espectadores. Entre sus edificaciones actuales destacan la Mezquita Azul, situada sobre lo que fueron parte de las gradas, así como los obeliscos de Teodosio, traído desde Egipto en el siglo IV, y Constantino, edificado en el siglo X por encargo de Constantino VII.

Marienplatz (Múnich, Alemania): Centro neurálgico de Múnich desde el siglo XII, Marienplatz sirvió como sede el mercado y diversos otros eventos en la Edad Media. Con el paso del tiempo su funcionalidad se fue readaptando a las nuevas tendencias pero aún hoy sirve como punto de encuentro entre los habitantes de la capital bávara. Destaca la impresionante edificación neogótica del Ayuntamiento Nuevo, sede de la administración local, así como el denominado Ayuntamiento Viejo y la Mariensäule, o columna de María, que da nombre a la plaza y fue erigida a mediados del siglo XVII para celebrar el fin de la ocupación sueca de la ciudad.

Plaza de San Pedro (Ciudad del Vaticano): Magna obra del genial arquitecto y escultor Gian Lorenzo Bernini, la plaza de San Pedro resulta de sobra conocida incluso para los escépticos con el credo cristiano. Ocupa buena parte del territorio del estado vaticano y a ella se accede por la avenida denominada Via della Conciliazione. Tiene forma elíptica, rodeada en sus laterales de mayor anchura por espectaculares columnatas sobre las que se superpone una balaustrada. En el extremo opuesto de la mencionada avenida se encuentra la magnífica basílica de San Pedro, mientras que el centro de la plaza lo ocupa un obelisco egipcio que anteriormente estaba en el circo romano de la ciudad. Sin duda, un punto álgido de la arquitectura mundial.

Podéis ver las doce plazas elegidas por Jordi aquí y las elegidas por Dani aquí.